Los ataques a España destapan la alta rentabilidad de la deuda
El bono a 10 años ofrece un cupón del 5% anual, superior a cualquier depósito.
La peor de las amenazas planeó esta semana sobre la deuda pública española. Los inversores llegaron a sopesar la posibilidad de un incumplimiento en los pagos, de una quita que dejara pérdidas para los acreedores. En plena oleada de desconfianza hacia todo tipo de activos con marca made in Spain y al igual que ha sucedido en la Bolsa, los precios de la deuda española se han desfondado, dejando una estela de interesantes oportunidades de compra.
"No vemos una quita en la deuda española. Comprar ahora es una buena oportunidad, tanto en deuda pública como corporativa", señala Ignacio Victoriano, gestor de fondos de renta fija de Renta 4. Así, superado por ahora el momento más crítico, los expertos no dan la espalda a la renta fija española. Para Enrique Borrajeros, director de Abante Asesores, "a estos niveles de precios, la renta fija resulta interesante".
La presión del mercado ha disparado la rentabilidad del bono español a 10 años, al tiempo que caía su precio. Así, en el mercado secundario se pueden adquirir estos títulos, que ofrecen un cupón anual del 4,85% y a un precio que cotiza por debajo del valor nominal, al 98,9%. Al vencimiento, el inversor que pagó 98,9 por ese bono, recibirá cien, a lo que se añade el cupón que habrá cobrado a lo largo de una década. Es decir, al comprar a un precio por debajo del nominal, la rentabilidad total o tasa interna de retorno resulta superior a la del cupón del activo, ahora en el 5,05% para el bono a 10 años.
El bono a 30 años ofrece un cupón del 4,7% anual y cotiza al 84% del valor nominal
Sin embargo, el inversor también debe ser consciente de que puede suceder lo contrario: el precio del título de deuda que compró en el mercado secundario puede caer. Y con gran intensidad, como se ha visto en las últimas semanas. Lo que supone que, si desea vender el título antes de su vencimiento, sufriría pérdidas que, en función de su cuantía, puede que ni siquiera quedaran compensadas con el pago del cupón. Lo sucedido primero con la deuda griega y más recientemente con la irlandesa, que han seguido sufriendo fuertes caídas de precios después de recurrir al rescate de sus economías, prueba los riesgos de invertir en activos de renta fija de países en el punto de mira de los mercados y sobre los que persisten las dudas respecto a su capacidad de pago.
"No hay que confundir lo improbable con lo imposible", advierte Borrajeros, en alusión a que, en el peor y más improbable de los casos, el de una quita de la deuda española, "los efectos son demoledores". Su consejo es la construcción de una cartera diversificada, con deuda pública y corporativa y que se adapte a las necesidades y perfil de riesgo del inversor, más allá de las gangas puntuales que se puedan encontrar.
"Lo aconsejable no es invertir ahora en plazos cortos, sino en bonos a un plazo de al menos tres o cuatro años", señala Ignacio Victoriano. Los bonos españoles a dos años ofrecen una rentabilidad TIR en el secundario del 3,07%, con un precio al 102% del nominal, y los títulos a cinco años, una TIR del 4,26% y cotizan al 95,5% de su valor nominal.
Comprar en las subastas del Tesoro
Aun así, para quien no desee invetir en renta fija ni a través de fondos de inversión ni comprando directamente en el mercado secundario, quedan las subastas del Tesoro Público.
Desde un mínimo de mil euros, las subastas de deuda del Tesoro están abiertas al inversor particular, que pagará comisiones inferiores si acude directamente al Tesoro o al Banco de España en lugar de comprar deuda a través de su entidad financiera. No en vano, la adquisición de un título de renta fija tiene el mismo coste que el de una acción bursátil a efectos de comisiones bancarias: intermediación y apertura y mantenimiento de la cuenta de valores.
La alternativa, aunque no sea un cauce tan familiar para el inversor tradicional como visitar su banco, es comprar deuda pública bien a través de la página web del Tesoro Público -lo que requiere un DNI electrónico o un certificado digital- o acudiendo a alguna de las oficinas del Banco de España. El coste de ambas opciones será el mismo, una comisión de solo el 0,15% cada vez que se cobran intereses y cuando se reembolsa la inversión al vencimiento. Eso sí, estos cauces requieren cierta antelación por parte del inversor. La petición de deuda por internet deberá realizarse con al menos una semana de antelación a la subasta y en las oficinas del Banco de España, habrá que hacer efectivo el pago el día anterior o si se realiza por transferencia, deberá estar completada dos días hábiles antes de que se celebre la subasta.
Plan B en depósitos y bonos valencianos
La deuda pública ha sido refugio tradicional para el ahorro conservador, a pesar de que las últimas sacudidas de los mercados hayan recordado a los inversores que también se puede perder dinero en este tipo de activo. El alza de sus rentabilidades, a medida que caían los precios, convierte a los bonos en una opción a menudo más rentable que los depósitos a plazo.Pero la banca no tira la toalla en la remuneración de los depósitos, que le han sido de tanta ayuda para conseguir liquidez y apuntalar su solvencia, y mantiene ofertas al 4% TAE a un año, como las de Banco Popular y Sabadell, a cambio de ciertos requisitos de vinculación.En términos generales, los bancos están compitiendo más duramente en depósitos que las cajas, ya que ofrecen de media rentabilidades en sus nuevos productos del 2,86%, frente al 2,73% de las entidades de ahorro.Y un nuevo producto se está abriendo paso en las oficinas bancarias. La Comunidad Valenciana ha lanzado una emisión de bonos a un año al 4,75% destinada a particulares, al igual que ha hecho Cataluña.
La cifra
5,35% ha caído el precio de la deuda pública española a 10 años en el último mes, en pleno ataque de los mercados, al tiempo que su rentabilidad ha subido del 4,2% al 5,05%.