Nuevas medidas a medio camino
El paquete de medidas que anunció ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Pleno del Congreso y que será aprobado mañana en Consejo de Ministros está pensado para aliviar la situación financiero-fiscal de las pymes, acelerar el proceso liberalizador y reducir el déficit fiscal del Estado, tres objetivos que todo el mundo económico y empresarial saluda. El problema se encuentra en si verdaderamente el conjunto de medidas cumple con sus objetivos. La rebaja tributaria implícita para las pymes (se mejoran las condiciones para que puedan tributar a un tipo reducido del 25% y se amplia su libertad de amortización) supone, de hecho, un alivio a su carga fiscal pero no solucionan el principal problema que tienen las pequeñas empresas en la actualidad, que es el de su falta de financiación y acceso al crédito. Quedan cojas, por tanto, estas iniciativas siempre que no vayan acompañadas de otras que permitan a una empresa con futuro no tener que cerrar por falta de financiación. Y es que ahorrarse un dinero en impuestos no es prioritario si antes no se dispone de fondos propios o ajenos para pagar la nómina de los trabajadores.
Las medidas que aceleran el proceso liberalizador (agencias privadas colocadoras de empleo, simplificación de trámites para crear una pyme. No son nuevas pero su aprobación final servirá para dinamizar la economía, aunque sea solo parcialmente. No obstante, sería necesario continuar este proceso con reformas de más calado en otros sectores como las telecomunicaciones, el eléctrico y el ferroviario. Sí es nueva la voluntariedad que tendrán a partir de ahora las empresas para pagar cuotas a las Cámaras de Comercio, algo que permitirá modernizar la estructura de ingresos de estas instituciones y hacerla más acorde con los servicios que prestan, pese a que las mismas ya han anunciado que perjudicará a las pymes.
En cuanto a la privatización del 30% de Loterías y Apuestas del Estado, el final de la ayuda de 426 euros a parados que han agotado la prestación y la apertura a la gestión privada de AENA y sus aeropuertos, sin duda servirán para hacer caja, en una situación de elevado déficit presupuestario. Pero para valorar mejor la eficiencia económica, que no fiscal, de estas medidas habrá que esperar a conocerse más detalles de cómo se producirá el acceso del capital privado vía concesiones, en aeropuertos representativos como Barajas y El Prat. Por tanto, el nuevo paquete de medidas va en la dirección correcta pero se necesita de mucho más para desarrollar la agenda reformadora de la que hace gala el Gobierno y contentar a los mercados. Un ejemplo son las pensiones y la negociación colectiva. Es cuestión de confianza.
La rebaja fiscal a las pymes es estéril si carecen de crédito