"Estimularemos la creación de 20.000 empleos en 2011"
Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra en 1978, fue presidente del Partido Popular en Burgos desde 1993 hasta 2001. En 2003 y 2007 ganó por mayoría absoluta las elecciones autonómicas.
Reconocido como un político con una gran capacidad de diálogo y consenso, Juan Vicente Herrera (Burgos, 1956) disfruta su segundo mandato al frente de Castilla y León gracias a su victoria en las elecciones de 2007, en las que revalidó la mayoría absoluta alcanzada en 2003. Crítico con las "guerrillas internas" de su partido, especialmente entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, se muestra decidido a afrontar los numerosos retos de la región.
Los datos económicos y de empleo en 2010 apuntan a un freno en la recesión económica, con unos resultados en Castilla y León, como ya ocurriera el pasado año, mejores a la media nacional ¿se divisa ya la luz al final del túnel?
Es verdad que, en los principales indicadores, Castilla y León viene mostrando una capacidad de resistencia a la crisis mayor que el conjunto de España. Nuestra tasa de paro es del 15,18% frente al casi 20% nacional, tenemos un mejor comportamiento del PIB y previsiones de los organismos de estudio menos negativas. Sin embargo, muchas son las incertidumbres aún para poder hablar de una salida inminente. Sin ir más lejos, la crisis de deuda, lejos de estar superada como vaticinó el Presidente Zapatero, se ha recrudecido, y no está claro cómo puede repercutir sobre nosotros la situación de Irlanda y de Portugal. Incluso al margen de esta cuestión, lo cierto es que todas las previsiones apuntan a una recuperación de la economía española más lenta que la media europea, a un largo período de crecimiento débil y de falta del pulso necesario para generar empleo. Ante esto, los datos comparativamente mejores de Castilla y León no sirven de consuelo. Estamos haciendo las cosas razonablemente bien, pero nuestra Comunidad no es una isla. Es la política económica nacional el factor esencial que debe cambiar para aportar a nuestra economía la credibilidad y confianza que hoy son imprescindibles.
El proyecto de los Presupuestos Generales de la región para 2011 plantea un recorte del 5%. Pese a que se impone la austeridad, la reducción respecto a las previsiones iniciales es prácticamente de la mitad, ¿a qué se ha debido? ¿Qué ejes principales destacaría de los Presupuestos?
En Castilla y León la austeridad es una práctica de años. Somos una de las pocas comunidades que no cuentan con una televisión autonómica, no tenemos una policía autonómica ni delegaciones de naturaleza política en el exterior, y nuestro sector público es uno de los más reducidos. En cuanto al descenso en los Presupuestos, dos factores han influido en que haya sido menor del previsto: por un lado, el Gobierno de la Nación nos ha comunicado unos ingresos para 2011 que prevén un aumento sustancial de la recaudación. Ojalá esto se confirme, porque todas las Comunidades sabemos lo que es pagar errores de previsión como los cometidos en el período en que el Gobierno aún negaba la crisis. Por otro lado, hemos tomado decisiones como presupuestar el Fondo de Cooperación, al que tenemos derecho y por el que vamos a pelear hasta el final, o impulsar determinadas medidas financieras no computables a efectos de deuda. Estamos, con todo, ante los Presupuestos más restrictivos de nuestra historia, y las dos prioridades son claras: mantener los grandes servicios públicos, a los que se destina el 69% del gasto, y fomentar el empleo y la competitividad. En este sentido, cabe destacar nuestra apuesta por no subir los impuestos en un momento en que la recuperación no aún es firme, reforzando, incluso, nuestro extenso cuadro de beneficios fiscales.
¿Qué medidas se han enfocado a la creación de empleo y qué partidas del Presupuesto se destinarán a ello?
El empleo es nuestra principal prioridad, nuestro principal objetivo. En esta legislatura marcada por la crisis hemos hecho, fundamentalmente, dos cosas: primero, un esfuerzo en recursos, de modo que los destinados a empleo han crecido más del doble que el conjunto de los presupuestos, un 8,8%. Segundo, cuidar el Diálogo Social. Así, frente al fracaso del diálogo a nivel nacional, hemos conseguido pactar un conjunto de programas de protección de los trabajadores, como los itinerarios activos de empleo que fuimos los primeros en poner en marcha en España, y al estímulo de la creación y mantenimiento del empleo. En 2010 hemos creado siete nuevos programas: contratación para obras de interés general y social, centros especiales de empleo y empresas de inserción, prácticas becadas, medidas específicas para pymes, micropymes y autónomos... Estamos negociando con los agentes sociales la renovación de nuestro Plan de Empleo y otros aspectos conexos de especial interés. En el Presupuesto 2011, el fomento del empleo recibirá más de 312 millones de euros, complementando además estas acciones con un plan específico de apoyo al empleo municipal. El propósito es incentivar 20.000 puestos de trabajo el año que viene.
Pese a que Castilla y León es una de las cuatro autonomías menos endeudadas, ¿la menor capacidad de endeudamiento actual repercutirá directamente sobre las inversiones?
En Castilla y León decidimos no agotar, en los últimos ocho años, los límites de endeudamiento autorizados. Si lo hubiéramos hecho, nuestra deuda hoy sería un 45% mayor. Somos la cuarta Comunidad con menor ratio de deuda sobre su PIB, y por eso el servicio de la deuda consumirá, en 2011, el 4% de nuestros Presupuestos, y no el 20% como en el ámbito estatal. A pesar de esta buena trayectoria, la limitación de la deuda en 2011 repercutirá, inevitablemente, en nuestras inversiones, por un motivo claro: el endeudamiento autonómico ha de destinarse, en su totalidad, a inversión. En nuestro caso, ese descenso alcanzará al 21% en el conjunto de la Administración de la Comunidad y las empresas públicas, cifra importante pero nueve puntos menor que en el ámbito estatal. Otras dos diferencias cabe citar con dicho ámbito: nuestro criterio de que no debe haber paralización de ninguna obra en curso, y nuestra apuesta por compensar la mengua de inversión a través de vías como nuevos beneficios fiscales, de carácter temporal, para incentivar el sector de la construcción residencial.
El principal problema para pymes y autónomos sigue siendo el acceso a la financiación, ¿qué medidas fiscales y nuevas líneas de crédito han contemplado para asegurar esa financiación? Con los recientes movimientos de las cajas -la fusión de Caja España y Caja Duero- ¿esperan que la estructura financiera de la zona se consolide?
La financiación sigue siendo la soga que asfixia a pymes y autónomos. En Castilla y León hemos sido conscientes de este grave problema y hemos hecho muchas cosas. En tiempos de bonanza, acordamos con los agentes sociales la creación de un instrumento financiero específico, ADE Financiación, que vamos a reforzar con un nuevo diseño en el marco de la Agencia de Innovación y Financiación Empresarial. En 2008, planteamos un programa a cuatro años para el incremento de los apoyos financieros públicos, que seguimos impulsando. Hemos eliminado la exigencia de avales provisionales en los contratos de obra pública, mejorado las condiciones de los contratos de factoring y aumentado los préstamos y avales, con condiciones muy ventajosas y atendiendo también a la financiación del circulante. Nuestra sociedad de garantía recíproca, Iberaval, una de las más dinámicas de España, ha suscrito un acuerdo con las Cámaras de Comercio para mejorar el acceso a la financiación de las pymes. En cuanto a las Cajas, la Junta ha defendido la necesidad de contar con un sistema financiero potente, competitivo y comprometido con Castilla y León. Tras los diversos procesos emprendidos, confiamos en que se haga firme el compromiso de las entidades resultantes con nuestra Comunidad, porque la expectativa de colaboración en proyectos de generación de riqueza y empleo es, en efecto, muy grande.
En la búsqueda de una menor dependencia del sector inmobiliario y del motor, el impulso de un nuevo modelo económico continúa siendo una de sus prioridades, ¿qué avances se han producido al respecto? ¿Qué sectores van a potenciar y con qué partidas?
La búsqueda de un nuevo modelo económico, que la descabalada Ley de Economía Sostenible intentaba promover, es algo en lo que venimos trabajando en Castilla y León desde hace ya años, con un Acuerdo Marco de Competitividad logrado en el Diálogo Social que acabamos de renovar en mayo de este año. Este es, quizás, el hito más destacable, porque ahí está, negro sobre blanco, nuestra hoja de ruta para el cambio de modelo productivo, con el debido acento en tres aspectos clave: formación, innovación e internacionalización. En 2011, la Junta de Castilla y León va a dotar las actuaciones de carácter económico con 2.434 millones de euros, el 24,24% del presupuesto. Nos interesan tanto los sectores estratégicos, como la automoción y la industria agroalimentaria, como aquellos que son de futuro: TIC, biotecnología, energías renovables y todos aquellos que son intensivos en I+D+i. A este respecto, nuestro proyecto contempla una dotación de 318,8 millones para investigación y sociedad del conocimiento en 2011, con un crecimiento en estas partidas que contrasta con el descenso a nivel estatal y que supondrá, para nosotros, alcanzar el 3,17% de nuestro presupuesto en 2011.
El presidente de Renault España, Jean-Pierre Laurent declaró en este periódico que en España podrían sobrar dos o tres factorías y que es posible que a finales de año tengan que recurrir a expedientes de empleo temporales. ¿Preocupa la situación del sector automovilístico, el principal impulsor de la industria regional, más allá de los acuerdos alcanzados hasta 2013?
Preocupa, desde luego. Las ventas del sector automovilístico están cayendo con fuerza tras la retirada de los estímulos públicos, y Castilla y León es la Comunidad con mayor peso relativo de la automoción, que supone el 25% de nuestro PIB industrial y más de 35.000 empleos directos. Desde la Junta de Castilla y León hemos apoyado al sector en tiempos de bonanza y hemos articulado medidas especiales en tiempos de crisis, con un Plan Industrial de Automoción dotado con 411 millones de euros. Hemos logrado un consenso social ejemplar con los agentes sociales, las empresas y el propio Gobierno de España. El fruto de este esfuerzo compartido son los Planes Industriales presentados por Renault para las factorías de Valladolid y Palencia, Nissan en Ávila e Iveco en Valladolid, que refuerzan el compromiso de estas compañías con Castilla y León. Pero hay que pensar en el futuro. Castilla y León será la primera región ibérica que electrificará e industrializará de forma masiva un vehículo a partir de 2011. A este fin, acabamos de presentar una Estrategia para el Impulso del Vehículo Eléctrico basada en 3 ejes: el industrial, donde destaca el propósito de crear un polo eléctrico; el de infraestructuras, impulsando la red de puntos de recarga en 20 municipios; y el de mercado, con el objetivo de alcanzar un parque de 15.000 unidades en 2015, incorporando fórmulas de incentivación.
En la búsqueda de ese nuevo modelo económico, la región se ha situado como líder nacional en potencia eólica instalada. La apuesta en energías renovables, la especialización en sectores emergentes y el impulso de los centros tecnológicos parecen firmes...
Castilla y León es la Comunidad que más aporta a los objetivos nacionales en energías renovables. Somos la primera productora de eólica y estamos entre las tres primeras en solar fotovoltaica, además de ser la Comunidad con mayores recursos biomásicos de España. Nos interesa muy especialmente, por ello, que el Gobierno ponga fin al auténtico caos regulatorio en que tiene inmerso al sector, y que está generando la pérdida de inversiones cuantiosas. Por otro lado, como ya he dicho, estamos apostando por todos los sectores intensivos en cualificación e innovación. Nuestros seis centros tecnológicos son centros experimentados y maduros, en los que cerca de 800 titulados ofrecen servicios especializados a las empresas. Ahora el reto es conseguir una mayor colaboración entre estas y el sistema educativo, a cuyo fin estamos impulsando una Estrategia Universidad-Empresa que es la más amplia en su concepción de todas las comunidades autónomas. El principal reto de futuro que debemos plantearnos es conseguir la implicación de las pymes, que son la mayor parte de nuestro tejido empresarial, con la I+D+i.
¿Qué valoración hace de la evolución del turismo en Castilla y León y el desarrollo del Plan Estratégico 2009-2013?
El turismo se ha resentido, como es evidente, de la situación de crisis, pero también en este caso la resistencia de Castilla y León está siendo comparativamente muy alta. La ejecución de nuestro Plan Estratégico de Turismo ha supuesto poner en primer término el concepto de calidad turística, el desarrollo de una oferta turística competitiva y el impulso de productos basados en la diversidad y riqueza de nuestros recursos. Con este Plan, hemos puesto el acento en la promoción y la comercialización, en los recursos humanos, en la mejora de la calidad de las infraestructuras y en una mayor competitividad para nuestro modelo turístico, con un fuerte componente de innovación. Los datos de empleo en el sector, con una cifra de afiliados a la Seguridad Social superior hoy a la anterior al inicio de la crisis, avalan la política emprendida, y son buenos los datos también en materia de pernoctaciones -cerca de 9 millones entre enero y octubre-. Por último, seguimos sumando nuevos atractivos a nuestra oferta turística, como la puesta en marcha del Museo de la Evolución Humana en Burgos, que ya ha sido visitado por más de 130.000 personas desde este mes de julio.
¿Qué posibilidades ofrece -y en qué áreas- la macrorregión RESOE que componen la Comunidad, Galicia y Portugal?
El pasado 17 de septiembre firmamos el convenio por el que se constituye la Macrorregión "Regiones del Sudoeste Europeo", una de las primeras de Europa. Estamos hablando de más de nueve millones de habitantes sobre una extensión superior a los 145.000 kilómetros cuadrados. Castilla y León, Galicia y la región Norte de Portugal tienen recursos e intereses comunes, y las potenciales economías de escala son muchas, fundamentalmente en siete ámbitos: institucional, economía e industria, universidades e investigación, empleo, medio ambiente, cultura y turismo, así como transportes y logística. Será una vía para hacer oír nuestra voz con más fuerza ante las instituciones europeas, para poner en marcha proyectos conjuntos en sectores como automoción, alimentario o moda, para gestionar iniciativas de empleo o para aprovechar el prestigio de nuestras universidades creando un espacio de excelencia dentro del Espacio Europeo de Enseñanza Superior. Las posibilidades de cooperación en temas como la gestión coordinada de espacios naturales o la protección y puesta en valor del patrimonio histórico son muchas. En todos estos campos, la macrorregión no es una iniciativa solo gubernamental sino que necesita y se abre a la sociedad civil, cuyos representantes formarán parte de los grupos de trabajo creados para impulsar los proyectos.