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Contra los recortes

El personal de cabina de la británica decide si vuelve a la huelga

El personal de cabina de British Airways (BA) volverá a ser convocado a una votación para decidir si aprueba nuevas jornadas de huelga en protesta contra el plan de recortes de gastos de la aerolínea, anunció hoy el sindicato Unite.

El secretario general de Unite, Tony Woodley, dijo que "no queda otra opción" que convocar la votación al no poder llegar a un acuerdo con la dirección de la compañía sobre salarios y sobre la reducción del personal de cabina en vuelos de larga distancia.

Woodley aseguró que "al personal de cabina le están discriminando y acosando a costa de los pasajeros" en esta disputa laboral entre la dirección de BA y los sindicatos.

El anuncio de la votación se produjo el mismo día que los accionistas de BA e Iberia aprobaron en sendas reuniones extraordinarias en Londres y Madrid la fusión de las aerolíneas.

Woodley aseguró que el sindicato siempre ha querido llegar a una solución pese a la actitud de la empresa que aprobó unilateralmente los cambios en la situación contractual de los empleados de cabina.

"Además, en el último año se ha contratado a 2.000 nuevos empleados, que cobran la mitad que los existentes y que en algún momento despertarán y se darán cuenta de lo que pasa", indicó.

El líder sindical recordó que los recortes se justificaron hace un año cuando la empresa afirmó que "luchaba por la supervivencia" y que un año después la aerolínea ha vuelto a tener beneficios sin que estos hayan repercutido en las condiciones laborales.

BA informó el pasado 29 de octubre de un beneficio neto atribuido de 107 millones de libras (170 millones de euros) en el semestre entre abril y septiembre, frente a unas pérdidas de 217 millones de libras (unos 345 millones de euros) en el mismo periodo de 2009.

Para BA, supuso el regreso de los beneficios tras dos años de números rojos y la buena noticia, según Woodley, sólo se ha trasladado a los sueldos y condiciones de los directivos.

Woodley criticó también la actitud "innecesaria, vengativa y de castigo" de la dirección con respecto a los trabajadores que participaron en alguna de las 22 jornadas de huelga habidas este año, a los que retiró beneficios fuera de convenio como el disfrute de billetes más baratos en vuelos con plazas libres.

Los paros le supusieron a British Airways unas pérdidas de unos 150 millones de libras (170 millones de euros) y la dirección respondió a los paros con despidos, sanciones a los huelguistas y la contratación de aviones y empleados de otras aerolíneas para paliar el efecto de los paros.

La dirección se comprometió a devolver esos beneficios si se llegaba a un acuerdo, pero Woodley insistió en que la política de "discriminación y acoso" de los miembros de Unite continúa en estos momentos y que por esta razón vuelven a consultar a sus miembros.

Woodley aclaró que el anunció de la votación no supone una ruptura de los contactos con la aerolínea y que Unite volverá el 6 de diciembre a la mesa de negociación auspiciada por el servicio de mediación Acas para tratar de encontrar una salida al conflicto.

El anuncio se dio a conocer horas después de que Walsh hablara de un "día histórico para BA", tras la aprobación por parte de los accionistas de la fusión con la española Iberia, y afirmara que la operación permitirá competir con las aerolíneas de bajo coste.

Un portavoz de la aerolínea recordó que "le habían dado la mano a Tony Woodley tras llegar a un acuerdo en octubre" y que el líder sindical "dijo que lo sometería a la votación del personal de cabina con la recomendación de que lo aceptaran".

"Unite ha roto su promesa y ha elegido ahora crear una nueva incertidumbre para los clientes y dañar los intereses de miles de sus propios miembros en British Airways", declaró.

"Hemos dicho desde hace tiempo que Unite es disfuncional. Los desacuerdos entre las diferentes secciones del sindicato han salido a la luz pública", agregó el portavoz, quien consideró contradictoria la actitud del sindicato mayoritario entre el personal de cabina.

"Han vuelto a cambiar su postura una vez más: piden más conversaciones y a continuación anuncian una votación sobre una huelga antes de esas conversaciones", dijo.

El portavoz aseguró que, si hay huelga, se aplicará un plan de emergencia "que permita operar la mayor parte de los vuelos de corta distancia y el 100% de los de larga".

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