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Papeles del Departamento de Estado

EE UU pidió a sus diplomáticos que espiasen en el extranjero y en la ONU

Los documentos filtrados hoy por la web Wikileaks revela cómo el Gobierno de EE UU dio instrucciones a sus diplomáticos para que ejercieran de espías y recolectaran información de personas en el extranjero y en Naciones Unidas.

El Departamento de Estado, bajo el mandato de Hillary Clinton, pidió a su personal en el extranjero que recopilara información como las tarjetas de crédito, horarios de trabajo, y en algunos casos hasta datos biométricos de candidatos latinoamericanos.

Esta información forma parte de la filtración masiva de documentos diplomáticos que la web Wikileaks ha entregado a cinco publicaciones en todo el mundo, y que pretendía dar a conocer hoy a través de su propia web.

Sin embargo, Wikileaks denunció que su servidor había sido atacado y que no iba a estar operativo, por lo que la única manera de acceder a la información que había recabado es a través de las cinco publicaciones que tuvieron los documentos previamente, El País (España), The New York Times (EE UU), The Guardian (Reino Unido), Der Spiegel (Alemania) y Le Monde (Francia).

Según la información publicada por estos diarios, EE UU quería tener casi una ficha policial de las actividades que desarrollaban algunos políticos y altos funcionarios. Especialmente llamativo es el caso de los aspirantes a la presidencia de Paraguay en las elecciones de abril del 2008.

Según explica El País, un despacho nombra a la entonces ministra de Educación, Blanca Ovelar, al ex vicepresidente Luis Alberto Castiglioni, al ex general Lino Oviedo y a Fernando Lugo, actual presidente. Y pide que recabe de los cuatro datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, DNA "y otras singularidades".

El Departamento de Estado pide además a sus diplomáticos que recaben información sobre la corrupción oficial, el lavado de dinero, las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia, y la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo. También pide datos sobre el narcotráfico y la construcción de mezquitas en el país latinoamericano, limítrofe con Argentina, Brasil y Bolivia.

El espionaje que se pide a los empleados de las embajadas y misiones abarca desde las gestiones y apariencia física de los diplomáticos iraníes y norcoreanos en Nueva York, hasta los planes e intenciones del secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon.

Uno de los aspectos que llama más la atención es el espionaje a que se somete a Ban, algo que según establece la normativa de Naciones Unidas es ilegal, tal y como explica The Guardian. De Ban Ki-moon se solicita información biométrica detallada, al igual que otros altos representantes de la organización, de los que se pide detalles sobre la toma de decisiones en torno a los grandes asuntos que tienen sobre la mesa.

Washington, en general, pidió a sus diplomáticos que consiguiesen información como los números de las tarjetas de crédito, direcciones de correo, teléfonos, faxes de todos estos funcionarios.

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