Las 'telecos' aplauden el retraso de la banda ancha universal a un mega
El retraso de la promesa que hizo Industria de que la banda ancha formaría parte del servicio universal a partir del 1 de enero próximo ha sido bien recibido por un sector: el de las operadoras. Redtel aplaude la medida y recuerda que se debería esperar a que la Comisión Europea dé su veredicto.
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, prometió hace un año que España se adelantaría a Europa y convertiría la banda ancha a un mega de velocidad en una de las obligaciones que tienen las operadoras de telecomunicaciones dentro del servicio universal. Eso significa que cualquier ciudadano tiene derecho a un acceso al margen del lugar donde viva.
La reacción de las operadoras no se hizo esperar. Las compañías cuestionaron la imposición de mayores costes para ellas en el momento actual, sobre todo porque la inclusión de la banda ancha marca un salto cuantitativo muy importante con respecto al gasto que supone el actual servicio universal de telefonía.
"En todo caso, parece prudente esperar a que la Comisión Europea se pronuncie sobre la ampliación o no del concepto de servicio universal", añadía en ese momento Redtel, la patronal que agrupa a Telefónica, Vodafone, Orange y Ono.
Un año después, el Gobierno les ha hecho caso. Industria anunció el jueves el retaso de la banda ancha universal a un mega. No puso fecha, pero fuentes del ministerio explican que está pendiente de la aprobación de la Ley de Economía Sostenible (LES), donde se ha introducido la medida, y de la publicación de los resultados de la consulta pública que ha llevado a cabo la Comisión Europea.
Esta decisión ha sido muy bien acogida por las operadoras. Primero, por el retraso, y, después, porque implica que se van a tener en cuenta las conclusiones de Bruselas, algo que el Gobierno ha descartado hasta el momento. "Retrasar la decisión hasta que Bruselas se pronuncie nos parece una manera de actuar muy inteligente y consistente", explicaba el viernes Redtel. "Siempre hemos dicho que no se debería ampliar el concepto de servicio universal hasta que Bruselas no aclare qué modificaciones va a hacer en normativa de la UE sobre este tema".
En todo caso, Industria habla de un retraso, no de una posible marcha atrás, con lo que queda abierta la puerta a que la banda ancha se incluya en el servicio universal diga lo que diga Bruselas.
Lo que no está claro es el plazo en el que va a suceder. Industria se ampara en el retraso en la aprobación de la LES, pero la inclusión del acceso a internet a alta velocidad requiere un reglamento que no está terminado. Eso significa que todavía pasará un tiempo desde la aprobación de la LES hasta la materialización efectiva del nuevo derecho de los ciudadanos.
Un consenso poco común
La inclusión de la banda ancha en el servicio universal es un debate que recorre toda Europa. Los Gobiernos de los países son sensibles a la importancia de extender el acceso a internet a alta velocidad, pero no hay acuerdo sobre si la mejor vía es forzar a las operadoras a hacerlo a través del servicio universal o establecer ayudas públicas para ello.Las operadoras se apuntan en bloque a esta segunda posibilidad. Es la diferencia entre la banda ancha universal y la universalización de la banda ancha, que no obliga a dar acceso a cualquier persona esté donde esté, sino que permite ampliar la cobertura poco a poco invirtiendo donde se quiera y con ayudas públicas donde se tercie.El consenso entre las compañías de telecomunicaciones es tal que incluso las dos patronales europeas del sector -ETNO y ECTA- están de acuerdo, y eso que están formadas por empresas con intereses contrarios: una representa a los ex monopolios y otra a las operadoras que compiten con ellos. Ambas están en contra de la banda ancha universal.