Contradicciones ante la jubilación
Dato: la mitad de los españoles reconoce que su pensión no le permitirá mantener el nivel de vida que disfruta estando en activo. Dato: el 57% de los jubilados reconoce que sus ingresos son insuficientes. Este panorama puede resultar preocupante. Y sin embargo no es más que la punta de un iceberg que delineó ayer Axa con su V estudio internacional sobre jubilación. Un trabajo que, a través de 31.539 encuestas en 26 países, compara la actitud de ciudadanos de distintas nacionalidades ante el retiro laboral. ¿El resultado para España? Todo contradicciones.
En pleno debate sobre el alcance y la viabilidad de las prestaciones del Estado de Bienestar, los ciudadanos muestran una actitud clara y contundente en este país: tres de cada cuatro se oponen a retrasar la edad de jubilación.
Desde el sector asegurador recuerdan una y otra vez, como una letanía, que sobre el sistema público de pensiones ejercen presión fenómenos tales como el alargamiento de la esperanza de vida, la baja natalidad y el consecuente envejecimiento de la población, así como la naturaleza cíclica de la economía.
¿Y cómo reacciona la gente ante estos hechos? ¿Cuál es el camino adecuado para garantizar unos ingresos suficientes al llegar la vejez? Para un 46% de los españoles, aumentar los impuestos es la opción idónea para lidiar con los problemas del sistema público de jubilación. Una respuesta que choca de frente con sus contestaciones a otros sondeos, como el divulgado esta misma semana por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) donde más de la mitad de la ciudadanía (54,2%) estima que paga muchos impuestos.
Los encuestados por Axa en el país también ven posible incrementar los ahorros personales (32%). En cambio, retrasar la edad de jubilación (8%) y exigir un periodo de cotización más dilatado (2%) reciben respaldos simbólicos.
Las respuestas españolas contrastan con la actitud en otros países. En EE UU la gente aboga de forma aplastante por el ahorro individual (58%) y huye de las subidas fiscales (17%). Es un caso bien distinto, pero no el único. En Canadá, Indonesia, Malasia, Alemania o el vecino Portugal abogan claramente por reforzar la responsabilidad de los particulares a través del ahorro en lugar de incrementar los gravámenes de Hacienda.
Y es que como apuntaba ayer Luis Sáez de Jáuregui, director de vida de Axa, "los españoles no queremos afrontar la realidad. Deseamos que papá Estado se ocupe de la situación, pero es porque tomamos como referencia el pasado en vez de mirar hacia delante".
La dependencia de los retirados nacionales del sistema público es, hoy por hoy, total. La principal fuente de ingresos del 89% de ellos es la pensión del Estado. En este sentido, el país no se diferencia un ápice del resto de la Europa continental. Sí difiere del mundo anglosajón. En EE UU, Canadá y, algo menos, Gran Bretaña la aportación de los ingresos de origen público está equilibrada con la de los planes de pensiones privados.
¿Y tratan los españoles de diversificar sus rentas futuras? Ni en tiempo ni en forma. La edad media para comenzar a ahorrar de cara a la jubilación son los 36 años, informa Axa. Se trata de una de las más tardías del sondeo.
Y para colmo, en materia de ahorro la nación opta por el monocultivo. El 88,5% de la riqueza de las familias está concentrada en inmuebles, según el Banco de España. El 11,5% restante corresponde a activos financieros pero, de este dinero, la mitad está invertido en depósitos. Es decir, en productos con una filosofía de inversión a corto plazo. ¿El resultado? Ancianos con patrimonio y sin liquidez.
¿Y cuál es la fórmula para convertir el ladrillo en efectivo sin mudarse de casa? Bancos y aseguradoras han ideado alternativas, como la hipoteca inversa. Pero estas fórmulas topan con unas exigencias financieras muy importantes y fácilmente acaban en los tribunales, al surgir desavenencias entre los herederos del beneficiario de la renta y la entidad financiera.