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Elecciones catalanas

¿Vale todo para movilizar al electorado?

Orgasmos, candidatos semidesnudos y videojuegos con contenido poco apropiado es el bagaje que ha dejado hasta ahora la campaña electoral catalana que, vista su trayectoria, lleva a pensar si vale todo para buscar el voto o movilizar a un electorado desencantado ya de la política.

La candidata del PP catalán a la Generalitat, Alícia Sánchez-Camacho, junto al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy
La candidata del PP catalán a la Generalitat, Alícia Sánchez-Camacho, junto al presidente del Partido Popular, Mariano RajoyEfe

Si el miércoles lo más comentado era el videojuego de las Juventudes del PP de Cataluña, el jueves los vídeos del PSC y Montserrat Nebrera dieron mucho que pensar sobre si los partidos han relegado las promesas electorales en favor de una imagen que pueda despertar el interés de los ciudadanos y llevarles a votar.

El poder de la imagen ya ha sido utilizado por los políticos en las últimas campañas electorales en las que, al igual que ahora, los vídeos más polémicos han sido una licencia de las organizaciones juveniles de los partidos o de las nuevas formaciones.

Este fue el caso del candidato de Ciutadans, Albert Rivera, quien aparecía desnudo en los carteles electorales de su primera campaña. Esta vez, Rivera ha optado por ser el único vestido en una foto en la que el resto de candidatos de su formación están desnudos.

El estreno en esta campaña de Montserrat Nebrera como candidata de Alernativa de Govern puede ser lo que la ha llevado a rodar un "falso vídeo porno" en el que se muestra cubierta con una toalla. "Si hubiéramos querido hacer un escándalo para salir en los medios yo me hubiera quitado esta toalla", dice al final.

El mismo día en que la candidata del PPC, Alicia Sánchez Camacho, pedía perdón por el error que llevaba a su personaje virtual a disparar a inmigrantes ilegales en un vídeo de las Juventudes de su partido, las del PSC recurrían al sexo para promocionar a su candidato, José Montilla.

Así, en el vídeo difundido esta semana aparece una joven que tiene un orgasmo al introducir en la urna el sobre con su voto para José Montilla, entre las caras de asombro de los miembros de la mesa.

Los vídeos son un arma política a la que los partidos recurren cada vez con mayor frecuencia para trasladar sus mensajes, conscientes de la fuerza de las imágenes y de internet.

Hay que remontarse a la campaña electoral de 1996 para encontrar el primer vídeo de este tipo. Entonces, el PSOE provocó la polémica con un vídeo electoral en el que, sobre un fondo negro, aparecía la cara del entonces secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, con rasgos de un perro dóberman ladrando.

En las elecciones autonómicas y municipales de 1999, el PSOE "resucitó" al dóberman, en un vídeo en el que vinculaba al PP con el fascismo y la intolerancia.

Pero si hay un vídeo que tensó al máximo las relaciones entre los dos partidos mayoritarios fue el que elaboró el PP del País Vasco para rendir homenaje al concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, en julio de 2006.

El vídeo terminaba fundiendo una imagen de la rosa del PSOE con la serpiente del anagrama de ETA. En las últimas catalanas, CiU produjo el documental "ConfidencialCat", que recopilaba imágenes de los momentos "negros" protagonizados por el gobierno tripartito en la anterior legislatura. Un millón de copias de ese vídeo se distribuyeron encartadas en la prensa.

También en aquellos comicios, un vídeo del PSC presentó a su candidato, José Montilla, como "Montilla, el alimento que necesita Cataluña", eslogan que sirvió al entonces número dos de ERC, Joan Puigcercós, para subrayar que "si sumamos Mas y Montilla", el resultado es "masilla", que sirve "para tapar agujeros, pero nada más".

Mientras CiU y PSC recurrían a los vídeos, las juventudes de ICV repartían preservativos en cuyo estuche se podía leer: "Fóllate a la derecha. Móntatelo con Iniciativa". El PP lo tachó de machista y finalmente los jóvenes de ICV retiraron la campaña.

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