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Qantas vuelve a tener problemas

La UE alertó en agosto sobre fallos en los motores de Rolls en el A-380

Los motores de Rolls Royce ya provocaron las advertencias de la UE en verano. El supervisor aéreo europeo (EASA) alertó en agosto sobre posibles fallos en los motores Trent 900 equipados en el Airbus A-380 que sufrió una avería en vuelo el jueves y tuvo que volver al aeropuerto de Singapur y aconsejó a las aerolíneas que llevasen a cabo nuevas inspecciones. El viernes, otro avión de Qantas, esta vez un Boeing 747, se vio obligado a retornar al aeropuerto por otro fallo en los motores.

La Unión Europea ya alertó el pasado 4 de agosto sobre posibles deficiencias en los motores Trent 900 que montaba el Airbus A-380 que se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia el jueves en el aeropuerto de Singapur. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) avisó entonces a las aerolíneas sobre la necesidad de llevar a cabo inspecciones adicionales sobre los motores Trent 900 después de haber detectado "desgastes más allá de los límites recomendados para el motor" en ciertas partes, lo que supone "riesgos potenciales" al aeroplano. La agencia, en todo caso, matizó que esta directiva no tiene por qué estar relacionada con el fallo en el motor del avión de Qantas.

El viernes, el fabricante aeronáutico Airbus, filial de EADS, emitió un comunicado en el que recomendaba a las compañías que tuviesen planeado hacer uso del A-380 que llevasen a cabo más inspecciones sobre sus aviones. Estas revisiones duran de media unas 14 horas, según datos del grupo aeronáutico europeo. La compañía británica Rolls Royce, el fabricante de los motores, se pronunció en el mismo sentido.

Según la aerolínea australiana, una pieza defectuosa o un fallo de diseño podría haber sido la causa del fallo de motor del A380, según el presidente de la compañía, Alan Joyce. "Creemos que muy probablemente es un fallo de material o alguna especie de problema de diseño", ha asegurado desde Sydney. El directivo añadió que si no hay problemas reanudarán sus operaciones. El proceso llevará al menos 48 horas, por lo que todavía no puede establecerse una fecha para la reanudación de las operaciones. Joyce confirmó que otro de los motores había fallado a la hora de apagarse después del aterrizaje, pero aclaró que ello pudo deberse al incidente con el motor que se incendió en el A-380 de Qantas.

La aerolínea ha suspendido todas las operaciones con estos aparatos, y aseguró que es "demasiado pronto" para saber cuando volverán a ser usados. Air France y Emirates, por el contrario, confirmaron que sus modelos del A380 operan con toda normalidad.

Los comentarios de Joyce sobre posibles fallos en los motores de Rolls Royce provocaron que los títulos del fabricante de motores cayesen otro 4,91% en la Bolsa de Londres, un desplome que se une al 5% registrado el jueves. La cotización de EADS, en cambio, se apreció un 0,79% el viernes hasta 18,4 euros, tras haber sufrido un retroceso del 4,1% el jueves.

En todo caso, los problemas en Qantas no son exclusivos de los aviones de Airbus. El viernes, un Boeing 747 se vio forzado a regresar al aeropuerto de Singapur, donde logró aterrizar sin complicaciones. El aparato había detectado problemas en uno de sus motores durante el vuelo, según informó Europa Press, que cita a la cadena de televisión Channel NewsAsia.

2.000 millones para el A-400M

Los siete países clientes del avión militar A-400M (entre ellos España), cuyo ensamblaje final se realiza en Sevilla, acordaron el viernes incrementar en 2.000 millones de eurosel precio del contrato inicial ante el "necesario aumento adicional" de la provisión de fondos para financiar el programa, según informó el consorcio. Este nuevo acuerdo se firmará en el transcurso de las "próximas semanas".

Más vigilancia sobre el cargo de terceros países

Los expertos nacionales en seguridad aérea de la Unión Europea acordaron el viernes en Bruselas mantener los actuales niveles de control sobre el transporte aéreo de mercancías y correo, a pesar de la oleada de paquetes bombas descubiertos en vuelos procedentes de dentro (Grecia) y fuera (Yemen) del territorio comunitario. Tras una reunión de nueve horas, el Comité europeo de Seguridad Aérea prefirió apostar por una mayor supervisión de los envíos aéreos procedentes de terceros países, pero no aplicando medidas draconianas sino efectuando controles en base al riesgo potencial del aeropuerto de origen o la ruta seguida por el vuelo.La prudencia del Comité a la hora de reaccionar a la nueva amenaza terrorista parece seguir las tesis de la Comisión Europea que, en su calidad de presidencia del foro, alertó contra las consecuencias económicas de una reacción preventiva desproporcionada. "Añadir más niveles de control del cargo sería difícil de aplicar y plantearía mayores dificultades operativas", advirtió el comisario europeo de Transportes, Siim Kallas, durante una rueda de prensa celebrada a media mañana tras su intervención en el Comité. "Nuestra intención", añadió Kallas, "es mantener una planteamiento racional sin caer en el pánico".Ni el comisario ni el sector, que participó en la reunión del Comité, parecen haber olvidado la experiencia del volcán islandés de la pasada primavera, cuando una reacción en cadena de las autoridades provocó el cierre del espacio aéreo europeo durante una semana. Esta vez, la CE estudiará medidas de control en el cargo de terceros países, para presentarlas al Comité el 11 de noviembre, antes de trasladarlas a los ministros de Transportes el 2 de diciembre.

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