La CMT y las 'telecos' buscan vías para rescatar a los abandonados del ADSL
Telefónica es la única operadora que llega a toda España con una oferta de banda ancha. Sus rivales se quedan sólo en las zonas más rentables, lo que limita la posibilidad de elección de muchos clientes. La CMT y las telecos negocian en estos momentos un cambio radical del modelo para extender la competencia a los que ahora están abandonados por el ADSL.
Un usuario de Madrid o Barcelona que decida contratar banda ancha tiene varias opciones ante sí. Si se encuentra entre los más afortunados, incluso es posible que pueda elegir tecnología y optar entre un ADSL o una conexión de cable. Pero aunque no sea así, las ofertas a su alcance son muchas. Tiene a Telefónica, por supuesto, pero también a Jazztel, Vodafone y Orange. Todas ellas con los productos más baratos, a la máxima velocidad, con distintas opciones de valor añadido y con fuertes promociones.
Pero si el destinatario de la banda ancha no tiene la suerte de vivir en un núcleo poblado y rentable, sus opciones se reducen drásticamente. La única compañía que tiene una oferta nacional de banda ancha es Telefónica; el resto de las operadoras sólo está allí donde puede sacar partido de su presencia, donde sus inversiones para llevar los equipos y la red hasta las centrales del ex monopolio y dar desde allí acceso directo a los usuarios compensen económicamente.
Según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), las operadoras alternativas están presentes con red propia en el 65% del territorio -o, más bien, de las líneas-. El otro 35% queda fuera de su alcance, lo que implica que más de uno de cada tres usuarios tiene muy mermada su capacidad de elección. Eso no quiere decir que no haya más opción que Telefónica. Puede que la haya, pero con el denominado acceso indirecto, que es una mera reventa de la oferta del ex monopolio. El precio final es más caro, porque el margen de ganancia es reducido, y no permite innovar ni diferenciarse. El resultado es que la competencia es prácticamente inexistente y que los usuarios de estas zonas pagan más por una banda ancha más lenta y de menos calidad.
La CMT es consciente de esta realidad, al igual que las operadoras. En los últimos años el regulador ha tomado algunas decisiones para intentar reducir esta brecha digital, como la rebaja del precio que pagan los operadores alternativos por alquilar la oferta mayorista de Telefónica. Pese a ello, el mercado de acceso indirecto sigue de capa caída y menos de medio millón de usuarios de estas zonas contrata su ADSL con un operador distinto a Telefónica.
Revisión integral
Por eso, la CMT y las operadoras se han embarcado en una iniciativa que puede suponer un cambio radical en el modelo de competencia en las zonas menos rentables. El proyecto responde al nombre de NEBA, las siglas de Nuevo servicio Ethernet de Banda Ancha, y pretende acabar con un sistema que no ha funcionado y establecer otro que permita diferenciarse a las operadoras alternativas, no sólo con ofertas distintas a las de Telefónica, sino con diferentes niveles de calidad y la introducción de las mejoras tecnológicas que tengan habilitadas.
Técnicamente, la principal novedad es que las operadoras se conectarán a la red de Telefónica a un nivel inferior al actual. Es decir, usarán menos infraestructura del ex monopolio, así que podrán pagar menos por alquiler -lo que redundará en mejores precios-, y, a la vez, utilizarán más de la suya, lo que permitirá a los usuarios de las zonas no rentables tener los mismos servicios que los afortunados de las áreas más pobladas.
Otro punto importante de la negociación entre los implicados es que cambia el foco de la oferta mayorista de Telefónica. En estos momentos, un operador alternativo capta un usuario en una zona de no competencia, compra al ex monopolio el producto requerido -ADSL de un mega, de tres...- y paga un tanto al mes por ello. Ahora, el objetivo es que el operador compre a Telefónica la cantidad de megas que quiera en un área determinada y con la calidad que decida -puede pagar extra por garantizar un determinado nivel de tráfico o porque la voz IP funcione al máximo rendimiento-. Con su compra en la mano, la compañía puede hacer ofertas a medida para cada cliente. A uno puede venderle un ADSL de cuatro megas y medio con voz de alta definición y a otro una banda ancha de 25,5 megas con la posibilidad de aumentar la capacidad de subida a su elección. Y no sólo a los particulares. También hay empresas en las zonas no rentables y el nuevo modelo abre oportunidades para este mercado.
Todo será una cuestión de precio
El problema fundamental al que se enfrenta la CMT en la nueva oferta mayorista de Telefónica para las zonas no competitivas es el precio que poner a estos servicios. Y es que hay dos fuerzas que tiran en direcciones contrarias. Por una parte, el acceso indirecto es una pura reventa, no hay inversión de las operadoras alternativas, que se limitan a usar la red de Telefónica. Un precio muy barato desincentivaría las inversiones de todas las compañías. Las alternativas dejarían de invertir en acceso directo, porque les compensaría más la nueva modalidad, y Telefónica no vería sentido a gastar dinero en su red para que la usen otros a coste reducido.A la vez, un precio alto provocaría el rechazo de los operadores alternativos y dejaría a más de un tercio de la población con la misma escasez de opciones que tiene ahora.La solución no es sencilla y puede llevar tiempo. El foro NEBA vio la luz en junio y primero tiene que acordar un modelo que sea técnicamente posible para Telefónica. Luego llegará el tema de precios.