Un ingeniero con morriña
Uno de los profesionales mejor valorados en el sector aeronáutico por su curtida experiencia en los aeropuertos, gestiona ahora, al frente de AENA, la transformación de Barajas ante la fusión de Iberia con British Airways.
Pilota una sigilosa y profunda transformación de Barajas. Pero, a la vez, pone en práctica su paciencia gallega en el pulso laboral de casi un año que mantienen los controladores aéreos con el Gobierno. Una guerra cíclica en la que aún no se ve un punto final en el horizonte. Juan Ignacio Lema Devesa, de 61 años, se define como un hombre responsable y autoexigente. Un ingeniero aeronáutico muy avispado que lleva 20 años de su carrera entre la Administración y la empresa pública, con apenas una parada de ocho temporadas en el sector privado de la mano del grupo constructor San José.
Nacido en el seno de una familia acomodada de Santiago de Compostela, propietaria de aserraderos, sus padres le inculcaron el valor de la educación y la cultura como claves para alcanzar la cima. Los mismos principios que han heredado ahora sus tres hijos. Así, Lema Devesa da rienda suelta a su vocación por las ciencias y a los 18 años se muda a la capital española para convertirse en ingeniero superior aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid (1975). Seis años después, suma a su formación la licenciatura en Ciencias Económicas por la Complutense de Madrid.
"Era el número uno de la clase. Un hombre culto, con cara de bueno, y lo es, dotado especialmente para el estudio al igual que toda la saga de los Lema. Su padre, por ejemplo, cumplió su sueño de hacer una carrera universitaria con más de 70 años", recuerda su compañero en la Universidad Politécnica, y también gallego, Manuel Ameijeiras, actual director general de Aviación Civil.
Un gestor que sabe escuchar, que no retrasa las decisiones y que odia la intolerancia, según ha reconocido en una entrevista reciente en un diario gallego. Miembro del Cuerpo de Ingenieros Aeronáuticos, ha desarrollado buena parte de su carrera en Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), donde hoy ocupa la presidencia. Pero antes de ello, desempeñó los cargos de director de Infraestructuras del organismo; director del Aeropuerto Madrid-Barajas y director de Centros Logísticos Aeroportuarios, entidad que también preside en la actualidad. Sin embargo, su travesía pública comenzó en el Ministerio de Fomento.
"Es uno de los mejores profesionales que ha tenido AENA en su historia. Ha creado a su alrededor un organigrama perfecto, formando un equipo compenetrado y con grandes valores en la industria", afirma su amigo desde hace más de 20 años, Pablo Olmeda, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas.
Su afición es, ante todo, el trabajo. "Juan siempre está liado", subraya Ameijeiras. Por eso compagina su labor con otras actividades empresariales: es miembro del consejo de Airports Council International y de la Organización Civil de Servicios de Navegación Aérea; consejero de Renfe y de Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco) y presidente del patronato de la Fundación AENA. El poco tiempo ocioso lo dedica a tocar el piano.
Lema Devesa anda volcado en saldar lo más rápidamente la deuda de 7.000 millones de euros por la inversión en la T4 y en adaptar la infraestructura de Barajas a la fusión de Iberia y British Airways. El aeródromo madrileño afronta la ampliación de las instalaciones y del espacio comercial, la incorporación de aviones para los viajes de negocios, la creación de una nueva terminal de carga y el aumento de tarifas a las aerolíneas.
Pero más allá de esta reforma, el conflicto con los controladores aéreos le ha valido el título de buen negociador en el sector, a pesar de que el sindicato USCA opina lo contrario. "Es un negociador impositivo, nada constructivo y que no ha respetado el entorno laboral de los controladores", afirma el secretario de Comunicación de la central, César Cabo.
No es de esta opinión Pablo Olmeda que resalta su papel al frente de esta negociación: "Una prueba de su inconmensurable gestión ha sido la negociación que ha llevado a cabo con los controladores, alcanzando un pacto en verano sobre el tema salarial y de formación". En esta línea se expresa Ameijeiras, que añade que es un profesional capaz de lidiar crisis como la actual, en su caso, externa e interna. "La negociación ha estado estancada desde hace varios años y Juan ha sabido abordar este problema con un nivel destacable. Su currículo aeronáutico es uno de los mejores que tiene España".
Los amigos de Lema Devesa coinciden en que "es la esencia pura de un gallego en la mejor concepción de la palabra". Y, en efecto, es un nostálgico de su tierra. Ha dicho a la prensa que cuando su morriña se intensifica le da por visitar su ciudad natal para pasear por la Rúa do Franco, en el centro de Santiago, y tomarse un café en el restaurante Derby; o bien escuchar La Pastoral, de Beethoven. Por todo esto, desea que sus cenizas se esparzan en algún rincón de Galicia.