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Néstor Kirchner

Una muerte de consecuencias imprevisibles

Juan Domingo Perón, fundador del Movimiento Nacional Justicialista, siempre dijo que esa formación no era un partido político, sino un movimiento.

La historia le ha dado la razón, porque en la Argentina de la última década, el Partido Justicialista es oficialismo y oposición, eliminó el concepto de "elecciones primarias" para que varios candidatos de un mismo partido se enfrenten en elecciones legislativas o presidenciales.

Basta recordar cómo llegó al poder el fallecido ex presidente Néstor Kirchner: quedó segundo en la elección que había ganado Carlos Menem y tras la renuncia de éste a la segunda vuelta, el candidato venido del Sur quedó ungido como presidente de Argentina.

Kirchner tuvo méritos destacables como político: alcanzó una altísima popularidad en su gestión, revirtió los indultos a los militares genocidas, abogó por la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad.

En el terreno económico tuvo aciertos y errores. Llevó una política fiscal comprometida con el equilibrio de las cuentas, pagó el 100% de la deuda que Argentina tenía con el FMI y renegoció la deuda pública que estaba en cesación de pagos. También es verdad que su gestión ha coincidido con un boom de precios de las materias primas, fundamentalmente la soja.

Los errores se concentraron en la fuerte política de expansión monetaria que ayudó a recuperar poder adquisitivo y capacidad de consumo a un país que venía del desastre, pero la inflación reapareció en la economía.

Su rol protagónico en lo político y económico durante la gestión de su esposa, Cristina Fernández, también han sido evidentes. En los últimos 18 meses, la inflación en Argentina ha trepado a tasas superiores al 20% anual, el gasto público se ha incrementado y el equilibrio fiscal está en peligro. Mientras tanto, el Banco Central emite moneda y el gobierno gasta en planes sociales, en subsidios y ayudas. Los argentinos admiten que los precios suben y suben.

Con su muerte, se abrirá una batallla por la sucesión política y el pensamiento económico de marcado intervencionismo público. Es de esperar que algunas voces que se callaban ante el líder empiecen a advertir sobre la necesidad de hacer política con menos gasto público, con más control fiscal y con mejores relaciones comerciales con el mundo.

Argentina atraviesa un buen momento de crecimiento económico de su PIB y tasa de paro en descenso, pero tiene pendiente reformas que fomenten la inversión.

La muerte de Néstor Kirchner dispara la pelea por el liderazgo ideológico de un partido capaz de tener en sus filas al "socialismo del siglo XXI" de estilo chavista que representaba Kirchner hasta el neoliberalismo que rpresentó Menem. Las definiciones se verán en los próximos meses.

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