Las inmobiliarias cotizadas han ajustado un 66% sus plantillas desde 2007
Las inmobiliarias cotizadas han ajustado en un 66% su plantilla total desde el inicio de la crisis en 2007 y hasta el cierre de 2009, lo que supone la supresión de dos de cada tres empleos con que contaban, según un informe del sector inmobiliario realizado por KPMG.
A la conclusión del pasado año, las compañías del ramo que cotizan en Bolsa apenas sumaban una plantilla de apenas 2.000 trabajadores (un total de 1.936 empleados), frente a los 5.732 de 2007. "Las inmobiliarias cotizadas están en hibernación, en su estructura mínima, a la espera de que el sector se recupere para poner de nuevo en marcha su maquinaria", indicó el gerente del área de Infraestructuras de KPMG, Fernando Vizoso, durante la presentación del estudio.
El empleo que se recorta en estas empresas es de personal administrativo, comercial y de gestión, que se sumaría así a los puestos de trabajo perdidos en construcción, labor que estos grandes grupos subcontratan.
"Todo parece indicar que se han tenido que ajustar unas estructuras claramente sobredimensionadas formadas durante los años expansivos del ciclo inmobiliario", añade el estudio de la firma.
El ajuste de empleo es así tres veces superior al del 20% practicado en su endeudamiento total desde que estalló la ''burbuja''. A conclusión de 2009, las compañías del ramo que cotizan en Bolsa soportaban un pasivo de 38.512 millones de euros, apenas unos 10.000 millones de euros menos respecto a 2007, pese a los importantes procesos de refinanciación abordados durante este periodo.
Por ello, KPMG augura una nueva oleada de refinanciaciones en las mobiliarias cotizadas, que en muchas de ellas puede ser la tercera, al considerar que "aún queda recorrido" a la reestructuración de deuda en el sector "para lograr una adecuación definitiva del pasivo inmobiliario a la nueva dinámica del sector".
En este punto, el estudio de la firma destaca el desplome del 78% registrado en los fondos propios de los grupos en estos dos años, hasta situarse en un 7% de su pasivo, y la devaluación del 33% experimentada por sus activos, hasta sumar un valor de unos 41.340 millones a cierre del pasado año.