El día que Vodafone España cambió los cálculos de IDC
La consultora revisa sus previsiones por el éxito de un producto de la operadora.
Corría el año 2006 cuando Vodafone decidió cambiar su estrategia de competencia con Telefónica en España. Un repaso al mercado le dio la clave para orientar su camino. En telefonía fija, la lucha contra el ex monopolio se veía agotada casi antes de empezar. El único negocio donde de verdad se estaban recortando distancias, donde se comía cuota, era en móvil. Pero Vodafone no quería quedarse ahí; la competencia tenía que ser integral en todas las actividades y en todos los segmentos, incluido el que Telefónica había convertido en una fortaleza amurallada a salvo de invasores: el empresarial.
Vodafone estudió sus puntos fuertes: su conocimiento y cuota en telefonía móvil siempre ha sido el principal. Luego miró el mercado español, el único de los grandes países europeos donde los minutos originados en la red celular superan a los que tienen la red fija como punto de partida. La solución fue inmediata: usar el móvil para rivalizar con Telefónica en el campo de la telefonía fija.
"No se puede competir con Telefónica con sus mismas armas, así que utilizamos la innovación para crear alternativas que se asentaran sobre nuestras fortalezas", explica Carlos Becker, de la Unidad de Negocio de Empresas de Vodafone España.
La cuota de mercado de la centralita virtual de la firma ronda el 10% de las líneas de empresa
El resultado fue el lanzamiento de lo que se conoce como Oficina Vodafone, destinada a competir con las centralitas para empresas de Telefónica como un producto virtual, que no necesita fabricación, instalación ni tendido de red, que permite ampliar o reducir el número de líneas que necesita una compañía en cuestión de horas y que funde en la misma red las necesidades de telefonía fija y móvil.
Eso fue en 2006. Años después, el producto de Vodafone España ha sido exportado a otros países donde opera el grupo británico y otros operadores, como Deutsche Telekom, lo han emulado. Pero donde más frutos ha dado es en el mercado donde nació. Vodafone ha logrado con este producto una cuota que rondaba el 10% de las líneas empresariales que había en España a cierre de 2009. Hace tiempo que la compañía superó el medio millón de conexiones, lo que ha obligado a Telefónica y Orange a lanzar su propia centralita virtual y ha convertido a España en el único país donde las tres grandes operadoras tienen este servicio.
Pero más allá de las pugnas entre compañías, ha sido una consultora, IDC, una de las primeras firmas de análisis en el campo tecnológico, la que ha puesto en el mapa la iniciativa de Vodafone España. En su último informe sobre el futuro de este producto, la consultora reconoce que el éxito cosechado ha llevado a una revisión de sus cálculos y previsiones. El nuevo escenario es un crecimiento de este mercado del 47% anual hasta 2014, cuando se prevé que mueva 2.600 millones en Europa Occidental. "La centralita virtual es el servicio de voz sobre IP con más crecimiento en la zona", dice el documento. Y más, añade, en una época de crisis, ya que ofrece "flexibilidad, bajo riesgo y control de costes".
También hay 'nube' en telecomunicaciones
La palabra está en boca de todas las empresas informáticas, y no se trata de una previsión meteorológica. El futuro está en la nube, dicen, la imagen utilizada para visualizar una oferta de servicios y un almacenamiento que ya no es físico en cada empresa u ordenador, sino que está en internet, al alcance de todo el que quiera pagar por su uso. ¿Las ventajas? Es flexible, escalable, da acceso a servicios impensables para empresas pequeñas y medianas, reduce los costes y produce ahorros.La palabra técnica que lo define es el cloud computing, pero hay quien quiere quitarle el apellido y atraerlo a la industria de telecomunicaciones. Vodafone es la principal reivindicadora de ello. Ya existe el cloud telephony y su apuesta es que va ir a más. La centralita virtual es un ejemplo de ello. El cliente, la empresa, se ahorra el aparato físico y la instalación tanto de la centralita como de la red necesaria para conectar las extensiones. Todo ello se hace con voz sobre IP y móvil. Los empleados tienen en sus mesas teléfonos similares a un celular que también pueden usar en movilidad sin necesidad de desvíos. Además, la persona encargada de gestionar las llamadas puede hacerlo desde un ordenador. Este camino, aseguran, es el que llevará la telefonía fija hacia el futuro.