El desabastecimiento de las gasolineras francesas se reduce al 25%
El abastecimiento de las gasolineras francesas, que se había agravado esta mañana por el descanso dominical de los camioneros ayer, mejoró esta tarde, y han quedado abiertos los últimos depósitos de carburante bloqueados por manifestantes contrarios a la reforma de las pensiones.
Un portavoz de la Unión Francesa de Industrias Petroleras (UFIP) destacó que "tras la tensión de esta mañana", cuando se había hablado de que un tercio de las 12.300 estaciones de servicio del país estaban sin combustible, el porcentaje se había reducido a un 25%.
La razón es que los camioneros, que habían tenido que guardar descanso semanal el domingo, habían vuelto al trabajo y de nuevo aprovisionaban los tanques de las gasolineras.
El portavoz también insistió en que el acceso a los alrededor de 200 depósitos de carburante que hay repartidos por el territorio francés estaba abierto tras las últimas operaciones policiales de desalojo de manifestantes.
No obstante, la UFIP puntualizó que de las 12 refinerías francesas -que han estado paralizadas totalmente desde hace días por la huelga- en tres se impedía el acceso a los camiones cisterna para cargar carburante.
La compañía Esso dijo hoy que los trabajadores de sus dos refinerías francesas, en Fos sur Mer, junto a Marsella, y en Gravenchon, junto a Nantes, habían votado el fin del paro.
La UFIP, que señaló no poder ofrecer todavía cifras del volumen de productos petrolíferos que se están importando para compensar el parón de sus refinerías en Francia, confirmó que el miedo a quedarse con el depósito vacío ha generado un efecto de incremento del consumo, que fue del 30% en los diez primeros días de este mes.
Por otra parte, el titular del departamento de Industria, Hervé Novelli, mostró su preocupación por la posibilidad de que las huelgas y las protestas contra la reforma de las pensiones lanzada por su Gobierno comprometan la recuperación de la economía francesa.
De acuerdo con la ministra de Economía, Christine Lagarde, cada jornada de huelga interprofesional -ha habido ocho hasta ahora- le cuesta a Francia entre 200 y 400 millones de euros.