La UE pacta una reforma de mínimos del Pacto de Estabilidad
La Unión Europea ha cerrado hoy en Luxemburgo un acuerdo para una reforma de mínimos del Pacto de Estabilidad, que sólo incluirá un ligero endurecimiento de las sanciones contra los países que superen el límite de déficit público (3% del PIB nacional) y una mayor vigilancia, sin castigos económicos, contra los países con graves desequilibrios macroeconómicos (como en la balanza por cuenta corriente o pérdidas de competitividad, por ejemplo).
El grupo de Trabajo encargado de la reforma, formado por los ministros de la UE y dirigido por el presidente del Consejo europeo, Herman Van Rompuy, dio ayer por concluidas las negociaciones y dejó el texto final para la ratificación de la cumbre europea del próximo 28 de octubre.
Durante las sesiones de negociación, el acuerdo ha ido perdiendo mordiente. Las sanciones, que Bruselas deseaba aplicar de manera casi automática, para evitar que unos países se protejan a otros, quedarán finalmente sujetas al control político del consejo de ministros de la UE. Y la supervisión de la deuda pública, uno los objetivos principales de la reforma, se reforzará, pero no se aplicará el mismo nivel de exigencia que con el déficit.
La reforma del Pacto arrancó a raíz de la crisis financiera como una ambiciosa transformación de la gobernanza económica de la zona euro. Pero se ha estrellado contra las objeciones de numerosos países, entre ellos, España, que temían un potro de tortura fiscal a las órdenes de Alemania.
La última reunión del Grupo de Trabajo, además, se ha visto desbordada por un acuerdo entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que en una cumbre bilateral cerraron en paralelo a la reunión de Luxemburgo los límites de la reforma del Pacto.
El acuerdo franco-alemán, de hecho, marca los cauces más allá de la propia reforma del Pacto. Y prevé tanto la creación de un Fondo permanente para el rescate de los países de la zona Euro, como la inclusión de sanciones políticas en la futura reforma del Pacto. Dos puntos que el Grupo de Van Rompuy no se ha atrevido ni siquiera a abordar en profundidad.
BCE y Parlamento
Los acuerdos políticos alcanzados hoy en Luxemburgo deberán plasmarse ahora en propuestas legislativas, cuya negociación deberá pasar por el Parlamento Europeo. La Eurocámara podría exigir un endurecimiento de los puntos diluidos por los ministros de Economía.
Pero probablemente la reacción más temida por el grupo Van Rompuy sea la del Banco Central Europeo, que ha venido exigiendo un endurecimiento significativo del Pacto de Estabilidad. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, advirtió recientemente durante una comparecencia ante el Parlamento europeo que haría oír sus críticas si la reforma del Pacto acababa naufragando. En las próximas horas se espera el veredicto de Fráncfort.