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Enrique Martínez Robles

El auténtico hombre tranquilo

El artífice del modelo impositivo y de financiación autonómica se prepara ahora para pilotar el proceso de desinversiones en Iberia, Ebro Puleva y REE desde la SEPI.

El auténtico hombre tranquilo
El auténtico hombre tranquilo

Es uno de los pesos pesados del sector público donde ha desarrollado su trayectoria profesional, de más de 30 años. Primero, en el ámbito de la Administración y después, en la empresa pública. De ahí que en su entorno se le reconozca como "un profesional de altísima cualificación" que ha abordado problemas de gran calado. Ahora, al frente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), se prepara para pilotar el proceso de desinversiones en Iberia, Ebro Puleva y Red Eléctrica de España (REE) a partir de 2011, forzado por la sequía de liquidez del Gobierno central. Unas participaciones estatales consideradas no estratégicas que constan en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del próximo año y cuya venta dependerá de las condiciones del mercado.

Enrique Martínez Robles, nacido en Linares (Jaén) en 1944, es un hombre prudente, serio y analítico -según sus colaboradores-. Tras licenciarse en Derecho por la Universidad de Granada sacó la oposición al Cuerpo de inspectores de Hacienda. Especializado en financiación autonómica e IRPF, inició su carrera en el Ministerio de Economía y Hacienda durante el primer Gobierno de Felipe González. Coordinó, en principio, las Haciendas Territoriales (1984) y cuatro años más tarde era subsecretario; ambos puestos durante la gestión ministerial de Miguel Boyer y Carlos Solchaga, respectivamente.

Ya en 1993 alcanzó el cargo de Secretario de Estado de Hacienda bajo la tutela del entonces ministro de Economía, Pedro Solbes. Así, Martínez Robles fue el artífice del modelo de financiación autonómico de 1993, de la modificación de la Ley General Tributaria de 1995 y de la implantación del impuesto de sociedades que entró en vigor en 1996. "Necesitaba una persona con ideas claras en temas presupuestarios. En aquél momento, controlar el déficit era fundamental y le propuse el puesto. Fue siempre un colaborador honesto y eficaz, un caso claro de mano de hierro con guante de seda. Por eso no dudé en llamarlo (para nombrarlo en la SEPI) en mi segundo periodo como ministro", resalta Pedro Solbes, ahora presidente del consejo de la fundación europea Fride. Solbes cuenta que Martínez Robles nunca dice directamente que no, pero cuando considera que algo "no va a poder ser hay que buscar una solución alternativa o renunciar a lo que se le plantea".

Rosa Rodríguez, su colega en esa época y miembro del Cuerpo de Inspectores de Hacienda, añade: "Es un técnico muy competente que ha mantenido siempre un perfil bajo pese a su militancia política. Su labor silenciosa y eficaz destacó además durante la estructuración y puesta en marcha de la Agencia Tributaria y ya como Secretario de Hacienda se dedicó, junto a Solbes, a la contención del déficit, la máxima prioridad del ministerio".

Este andaluz fue también uno de los inspiradores de la creación del banco público Argentaria tras la fusión de varias entidades estatales de crédito. Y uno de los responsables de acometer después la primera OPV parcial (del 25%) de la entidad, recuerda Ángel Fernández Álvarez, su tándem desde hace más de 20 años y su actual jefe de Gabinete en la SEPI. La entidad pública aportó la "A" al actual BBVA tras su adquisición en 1999 por parte de la entidad vasca, ya durante el Gobierno del José María Aznar. .

"Enrique ha tenido que fijar las prioridades de todos los ministerios para confeccionar los Presupuestos. Un hombre con mucha experiencia en la Administración y la empresa pública que ha toreado ya en muchas plazas" sostiene Fernández Álvarez. Tras culminar su labor en Hacienda, Martínez Robles se convirtió en 1996 en consejero financiero de la Embajada de España ante la OCDE en París. Pero en 2004, con la vuelta del PSOE al Gobierno y de Solbes al Ministerio de Economía, se hace cargo de la SEPI.

En sus seis años al frente de esta sociedad ha llevado a cabo reconversiones complicadas, como la de los astilleros públicos y el saneamiento de RTVE. "Es un negociador nato, que sabe escuchar y gracias a esa paciencia logró alcanzar un acuerdo con los sindicatos que puso fin a la incertidumbre de los trabajadores", según uno de sus colaboradores.

Sus colegas coinciden en calificarlo como una persona cercana, afable, aunque de temple serio; tímido, modesto y enemigo de las estridencias. "Un hombre que me merece mucho respeto", subraya Rodríguez y que es muy respetado en el sector, acentúa José Miracle Gómez, director de Participadas de la SEPI.

Casado, con dos hijos y cuatro nietos, es un aficionado del deporte y de los libros de historia. Solía jugar tenis, pero a sus 65 años prefiere correr los fines de semana en el madrileño parque de El Retiro. Un conocedor de la historia que "siempre pone el punto de la precisión" en sus tertulias con amigos y colegas. Es también un buen comensal, según Fernández Álvarez quien asegura que "compartir mantel con él es muy divertido".

Y "uno de esos colaboradores de confianza de los que uno se siente orgulloso", concluye Solbes.

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