La OCDE considera que la fiscalidad favorece la innovación medioambiental
Los impuestos que gravan la contaminación son los mejores instrumentos para favorecer la innovación medioambiental, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que aconseja a los gobiernos establecer una fiscalidad elevada en este terreno.
"Los ciudadanos y la industria reaccionan a los impuestos ecológicos cambiando su comportamiento, en especial si el Gobierno da una señal fuerte de que tiene intención de mantener unas tasas fiscales y un precio de las emisiones de carbono a niveles elevados a largo plazo", señala la OCDE en un informe publicado hoy.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, la fiscalidad es mejor incentivo para reducir la contaminación y a un coste inferior que otros dispositivos como las regulaciones sobre la intensidad de las emisiones o las prescripciones de una u otra tecnología.
Dentro de la OCDE, las diferencias de la fiscalidad ecológica son notables, y así en 2008 frente a una media ligeramente por encima del 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB), en países como Holanda y Dinamarca esos impuestos representaban más del 4% y en Turquía e Israel más del 3%.
En el otro extremo, México se desmarca de los demás Estados por las subvenciones a la compra de carburante, que llegaron a representar ese año un 1,8% del PIB.
Al margen de este caso excepcional, el menor peso de la fiscalidad ecológica se daba en Estados Unidos (inferior al 0,8% del PIB), Chile, Canadá y Nueva Zelanda (en torno al 1%), Japón, España, Francia y Australia (entre el 1,5% y el 1,8%).
La OCDE pone varios ejemplos de políticas fiscales que han promovido la innovación medioambiental, como los altos precios del agua en Israel, la introducción en Suecia de un impuesto por las emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno) o el dispositivo sobre el cambio climático en el Reino Unido, que permite a las empresas que presentan patentes en este campo reducir el tipo impositivo.
Pone el acento en que "el medio ambiente es un área en que la innovación es crucial, al afectar desde la contaminación local del agua a los sistemas energéticos nacionales y al cambio climático global".
"Para conseguir un futuro más verde, necesitamos nuevas tecnologías que puedan reducir el costo de salvar el planeta", subraya el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.