Los nuevos modelos de la banca global
La crisis financiera ha supuesto un shock para la industria bancaria internacional. En este contexto, no le va a ser fácil dar respuesta a la nueva situación, al tener que acompasar un cambio de modelo de negocio con los efectos de una crisis que tardará en superarse. Para unos y para otros, ganadores o perdedores, el paradigma ha cambiado. Aunque existen factores externos como el tsunami regulatorio venidero o el cierre continuado de los mercados de capitales que afectan a todas las entidades, las respuestas a los mismos reflejan sus situaciones particulares.
En las economías desarrolladas las entidades se están focalizando en la gestión del capital, el cumplimiento de los nuevos requerimientos normativos y la vuelta a la estabilidad, con la expectativa de un futuro más brillante al final del túnel. Para muchas entidades, estos nuevos modelos de negocio pasan por un adelgazamiento de los balances, desapalancamiento y retirada de las operaciones no estratégicas. Se está cambiando el foco tradicional, basado en el crecimiento del balance y de los ingresos, hacia una gestión prudente del mismo, la mejora de los ratios de capital, de la liquidez y, de forma importante, se vuelve a poner la atención en el cliente, en su captación, vinculación y retención, mediante la recuperación de su confianza y la evolución hacia modelos más eficientes, que potencien la rentabilidad marginal y sirvan de plataforma flexible para nuevas iniciativas de crecimiento.
Lejos del corazón de la crisis, los factores globales también están condicionando las perspectivas de las entidades. No obstante, asumiendo que el crecimiento económico de estas zonas continúe, las perspectivas son más halagüeñas para los bancos focalizados en lograr eficiencias operativas, en potenciar el crecimiento orgánico o que ejecuten compras de manera juiciosa.
Marcos Rodríguez. Director de 'performance' para el sector financiero de KPMG