La CE apuesta por adoptar una tasa sobre las actividades financieras en la UE
La Comisión Europea abogó hoy por la adopción de un impuesto sobre las actividades financieras en la Unión Europea en lugar de una tasa sobre las transacciones financieras, que podría suponer una deslocalización de éstas más allá de las fronteras comunitarias.
Con la presentación de un informe en el que analiza las ventajas y desventajas de los dos gravámenes, el Ejecutivo europeo contribuyó al debate planteado desde hace meses en el seno de la UE en torno a las opciones para aplicar nuevos gravámenes sobre el sector financiero.
"Tenemos que garantizar que cualquier impuesto que presentemos tenga un beneficio real que aumente los ingresos del Tesoro, sin minar la competitividad europea" señaló en una rueda de prensa el comisario de Fiscalidad, el lituano Algirdas Semeta.
En este documento, la CE afirma que la tasa sobre las actividades financieras europeas (que gravaría los beneficios y remuneraciones de cada banco) es "la mejor opción" y la más viable en caso de que sea adoptada de manera unilateral en la UE.
La Comisión apostó por introducir un impuesto que se centre en los beneficios y en las remuneraciones del sector financiero, de manera que se grave a las empresas y no a cada agente participante en una operación financiera, como sí sucedería en el caso de un impuesto sobre las transacciones.
El Ejecutivo europeo presentará este informe en la próxima cumbre del Consejo Europeo, que se celebrará en Bruselas a finales de este mes, tras lo que la llevará a la reunión del G-20 de mediados noviembre en Seúl (Corea del Sur).
Semeta, recalcó que este impuesto está justificado dada la "posición privilegiada" del sector bancario en la economía y el apoyo que ha recibido en la crisis económica.
Además, el Ejecutivo europeo consideró que esta tasa podría ser "una solución" para corregir la menor aportación fiscal del sector financiero respecto a otros sectores, ya que la mayoría de los servicios financieros están exentos del IVA.
Destaca también que este gravamen generaría importantes ingresos, unos 75.000 millones de euros anuales en toda la Unión Europea, según un cálculo realizado a partir de un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el G-20.
Respecto al uso que se daría al dinero recaudado, el comisario recalcó la necesidad de llegar a un acuerdo en torno a la adopción de la tasa y su definición antes de decidir su destino, aunque en el informe se aboga por destinarla a los presupuestos de los Estados miembros de la UE, en lugar de alimentar a unos hipotéticos fondos de resolución de futuras crisis.
"Tenemos que garantizar que el sector bancario contribuya de una manera justa a las finanzas públicas" declaró Semeta.
Por otra parte, recalcó la importancia de la coordinación en la imposición de tasas bancarias -iniciativa ya adoptada de manera individual por algunos países- y alertó del riesgo de que los Veintisiete presenten un abanico de medidas divergentes "que se conviertan en un obstáculo para el mercado único".
Sobre la tasa sobre transacciones financieras (un impuesto sobre cada transacción individual que podría ser aplicado sobre un amplio abanico de instrumentos financieros como las acciones, los bonos, las divisas y los derivados), la CE se comprometió a respaldar su creación a nivel mundial y que sea destinada a cumplir los Objetivos del Milenio o a la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, descartó su aplicación unilateral a escala europea, ya que podría suponer una deslocalización de las transacciones, y ante el riesgo de que los ingresos se generarían mayoritariamente en un limitado número de países, donde se concentran estas transacciones, como el Reino Unido.
La Comisión señaló que "lo ideal sería que se gravara únicamente las transacciones especulativas, pero es muy complicado distinguirlas de las normales".
El Ejecutivo europeo señaló que realizará una evaluación del impacto de estas tasas de cara a presentar unas propuestas legislativas "adecuadas" sobre esta cuestión para el verano de 2011.