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Se prohibirá la discriminación

La UE obligará a los bancos a abrir una cuenta a cualquier ciudadano

La Comisión Europea (CE) puso ayer en marcha un plan para obligar a la banca a abrir una cuenta a todo ciudadano que lo solicite. Bruselas espera que la medida facilite el acceso a unos servicios financieros mínimos a los 30 millones de personas que ahora se ven privados de ellos.

La iniciativa comunitaria arrancó ayer con la apertura de un periodo de consultas que permitirá a todas las partes interesadas pronunciarse hasta el próximo 17 de noviembre.

A continuación, el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, aspira a establecer por ley el derecho de todo ciudadano europeo a disponer de una cuenta bancaria, con independencia de su situación laboral, su nivel de ingresos, su historial de crédito o su situación de endeudamiento.

El coste del mantenimiento de la cuenta debería ser "razonable". Y la CE se reserva el derecho de concretar de manera más precisa ese término con la publicación de normas técnicas detalladas.

El futuro proyecto legislativo también fijará los servicios mínimos que deberá incluir una cuenta bancaria que la CE califica como "básica". Entre ellos, según el documento de consulta circulado por el departamento de Barnier, podrían figurar el depósito y retirada de efectivo; la domiciliación de facturas o nóminas; las transferencias; y una tarjeta de débito para el cajero automático. La CE cree que la cuenta básica no conllevaría la obligación de ofrecer la posibilidad de crédito o de descubierto.

Como medida de precaución para el sector, el equipo de Barnier también sugiere la posibilidad de negar la apertura de una cuenta básica a un ciudadano que ya disponga de una cartilla similar en otro país de la Unión. Y la cuenta básica, estaría sometida a todas las medidas de control previstas en la legislación comunitaria sobre blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, sobre todo, en cuanto a la identificación del cliente.

El objetivo de la cuenta básica, según Bruselas, es acabar con un problema de exclusión bancaria que, según los cálculos del organismo comunitario, impide acceder a más de 30 millones de personas mayores de 18 años de la región a servicios básicos como la domiciliación de pagos e ingresos o el comercio electrónico.

El problema parece haberse agravado con la progresiva retirada en el continente de la banca con fines sociales y cooperativos. Y la condena al ostracismo bancario resulta cada vez más penosa para los afectados por la generalización de las transacciones electrónicas y la creciente imposibilidad de saldar ciertas operaciones en metálico.

Discriminación

Los estudios que maneja la CE indican que un 7% de la población en los 15 países más veteranos de la UE no dispone de cuenta bancaria. En España, es el 8%. Y en los socios del Este, la cifra se dispara hasta el 47%.

Para frenar el avance de la exclusión, la futura norma prohibirá a las entidades fijar condiciones discriminatorias para la apertura de una cuenta o que se niegue el servicio a un cliente por su perfil financiero.

Bruselas se decanta por la tasa sobre el negocio bancario

El comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, presentará hoy en Bruselas una comunicación sobre el futuro impuesto a la banca, en la que se decanta por gravar la actividad de cada entidad en lugar de las transacciones financieras. El nuevo gravamen, bautizado con las siglas en inglés de FAT (Financial Activity Tax) permitiría a los 27 países de la UE recaudar unos 26.000 millones de euros anuales. Y a España, según los cálculos de la Comisión, casi 2.000 millones al año. El Gobierno prevé destinarlos al Presupuesto.

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