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Las cuentas públicas para 2011

Hacienda blinda el peaje a las Sicav

El cambio normativo para evitar que los accionistas sorteen el pago del IRPF con reducciones de capital se aplicará con carácter retroactivo desde el 24 de septiembre.

El Gobierno se ha curado en salud. El pasado viernes 24 anunció que incluiría en los Presupuestos para 2011 una modificación fiscal para evitar que los partícipes de las Sicav pudieran sortear la tributación de las plusvalías en el IRPF a través de reducciones de capital. Y ayer aclaró que la nueva normativa se aplicará con carácter retroactivo y entrará en vigor el 24 de septiembre, justo el día en que se conoció la nueva medida. Con ello, Hacienda evita que los accionistas de estos vehículos de inversión se acojan a nuevas reducciones de capital antes de que termine el año con el objetivo de no verse afectados por la eliminación de este beneficio fiscal incluida en los Presupuestos de 2011.

Cuando un accionista retira sus participaciones de un fondo de inversión convencional, los beneficios generados tributan en el IRPF al tipo del ahorro, que es del 19% para los primeros 6.000 euros y del 21% para el resto. En el caso de las Sicav, los partícipes tenían hasta ahora una alternativa más atractiva para obtener liquidez: realizar una reducción de capital, que tributa por el impuesto de transmisiones patrimoniales al 1% con carácter general.

El sector financiero duda de la constitucionalidad de la nueva medida ya que tendrá efectos negativos para el contribuyentes con carácter retroactivo. Sin embargo, Hacienda recuerda que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional avala que una ley entre en vigor con anterioridad a su aprobación y se aplique a partir del momento en que se anunció.

En cualquier caso, el Gobierno no se plantea, de momento, elevar la fiscalidad de las Sicav -que son los vehículos de inversión más utilizados por las grandes fortunas- y tributan al 1% en el impuesto sobre sociedades en lugar de aplicar el tipo general del 30%. Los inspectores de Hacienda y partidos como Izquierda Unida reclaman acabar con ese "privilegio". El Gobierno recuerda que los fondos de inversión convencionales también pagan el 1% de sus beneficios en el impuesto sobre sociedades.

Fin a la deducción por vivienda

Hacienda también eliminará parcialmente el próximo año el gran aliado fiscal de los compradores de vivienda. Aquellos contribuyentes con rentas superiores a 24.170 euros que adquieran una casa a partir del primero de enero de 2011 ya no podrán acogerse a la bonificación por vivienda. Este beneficio fiscal permite deducirse cada año un 15% del importe destinado a pagar la vivienda con un límite de 9.015 euros. La medida permitirá un ahorro de 200 millones. Y a la par que el Gobierno limita los beneficios fiscales para los compradores amplía el de los arrendatarios, que hasta ahora gozaban de menos deducciones. A partir del próximo año, en términos fiscales, dará los mismo alquilar una vivienda que comprarla. Los beneficios fiscales ligados a la vivienda en el IRPF representarán el próximo año 2.928 millones frente a los 4.415 millones de este año. Esta diferencia se explica por la eliminación parcial de la deducción por compra, por la caída del sector inmobiliario y, sobre todo, por el incremento del porcentaje de cesión del IRPF a las comunidades, que ahora son responsables del 50% del impuesto.

En cualquier caso, en términos agregados, los beneficios fiscales del sistema tributario alcanzarán en 2011 los 40.360 millones, un 15% menos que lo fijado para este año. Buena parte de la caída se explica por la eliminación de la deducción por nacimiento o adopción, el popular cheque-bebé. Su desaparición permitirá al Gobierno un ahorro adicional de 1.000 millones de euros.

Por otra parte, llama la atención la caída por segundo año consecutivo de la deducción por reinversión de beneficios extraordinarios, el principal y más utilizado incentivo fiscal del impuesto sobre sociedades. Este beneficio tributario, que en 2010 alcanzará los 1.100 millones, supondrá sólo 678 millones en 2011. La poca utilización de esta deducción fiscal ilustra la difícil situación por la que están pasando la mayoría de las empresas que, o bien no obtienen beneficios o, si los logran, no los destinaban a la reinversión. Prefieren ahorrarlos a la espera que amaine el temporal.

Las cifras

7.100 millones es el importe en que se reducirán los beneficios fiscales en 2011. La caída se explica por la eliminación de la deducción por compra de casa, por la supresión del cheque-bebé y por el aumento del porcentaje de cesión de los tributos cedidos a las autonomías.

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