La UE intenta desbloquear la negociación sobre la disciplina presupuestaria
La UE inicia mañana una semana clave para la reforma de la disciplina presupuestaria, en la que quedará al descubierto hasta dónde está dispuesta a llegar para poner freno a los países derrochadores con objeto de evitar nuevas crisis de deuda como la que afectó a la Eurozona la pasada primavera.
En la reunión de mañana, lunes, del grupo especial de trabajo integrado por ministros de Finanzas de la UE y representantes de las instituciones europeas, se empezará a conocer el compromiso de los Veintisiete con el endurecimiento de las sanciones a los países con déficit excesivo.
El grupo, liderado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, intentará desbloquear las negociaciones atascadas desde el pasado 6 de septiembre sobre dos importantes aspectos: el nuevo sistema de sanciones y el papel que debe atribuirse a la deuda de los países en el procedimiento de infracción.
Los avances podrían concretarse en el nuevo sistema de vigilancia de las divergencias de competitividad entre los países (consideradas el origen de la crisis de la Eurozona), mediante un conjunto de indicadores para detectar cualquier deficiencia en un estado miembro.
La segunda cita clave llegará el miércoles, con la presentación de las propuestas legislativas de la Comisión Europea.
El objetivo de Bruselas es extender el "paraguas de la vigilancia" a todos los capítulos de las políticas económicas, por lo que presentará cinco proyectos de reglamento y una directiva, con la intención de que "haya más control sobre la deuda y el déficit, que haya más sanciones y que se apliquen antes", según fuentes comunitarias.
Entre otras cosas, la CE propondrá que los países del euro que superen el límite de déficit establecido en el 3% del PIB sean castigados con una multa equivalente a alguna décima de su PIB (se baraja el 0,2%), que será bloqueada en un depósito que les será devuelto si corrigen la situación de sus cuentas públicas.
Además, el Ejecutivo comunitario planea similares medidas para los países cuyas cuentas públicas lleven una deriva peligrosa (aunque no hayan superado el límite de déficit) y para los que no hagan los deberes en materia de divergencias de competitividad.
Bruselas desea además introducir el criterio de la deuda pública en el procedimiento sancionador, creando una suerte de procedimiento por deuda excesiva para los países que superen el límite establecido en el 60% del PIB o que, sin violarlo, hayan aumentado la misma muy rápidamente.
En principio, Bruselas no propondrá la retirada del voto a los infractores, como desean Alemania y el Banco Central Europeo, pues la reforma de los Tratados llevaría aparejada un retraso general.
Por el mismo motivo, las nuevas sanciones sólo afectarán en principio a los países de la zona euro, ya que la legislación actual ofrece un marco para las mismas.
La Comisión es consciente de que sus propuestas levantarán la oposición de varios estados pero considera que responden a los llamamientos al endurecimiento de la disciplina presupuestaria realizados en los últimos meses por muchos de ellos, especialmente Alemania, a raíz de la crisis en Grecia.
Comprobar el efecto que genera la propuesta de Bruselas entre los Veintisiete será posible tan sólo 24 horas después, durante las reuniones de ministros de Finanzas de la zona euro y de la UE, que se celebrarán el jueves y el viernes en Bruselas.