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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Tarifa eléctrica fuera de control

Muchas mentes razonables pronosticaron hace más de un año que el sistema de suministro de último recurso, que entró en vigor en julio de 2009, iba a ser una complicación añadida a un sistema ya de por sí endiablado. Y así quedó demostrado en junio pasado, cuando el Ministerio de Industria, para evitar una subida de la luz en el tercer trimestre, hizo una doble pirueta: obligado a respetar las subastas de electricidad Cesur que determinan la revisión de la tarifa de último recurso (TUR), decidió bajar las tarifas de acceso, o peajes, en un 3%.

Una y otra tarifa conforman la factura de la luz y sus incrementos ponderan aproximadamente a partes iguales en la revisión final. Reducir o congelar los peajes resulta contradictorio con la política de incentivos de las renovables y de control del déficit de tarifa, pues la de acceso financia estas partidas. De hecho, el propio ministerio ha reconocido, en un informe interno que difundió por error la semana pasada, que serían necesarias subidas de las tarifas de acceso hasta del 60%. Como es de sobra conocido, para justificar una medida vendida como "provisional" se recurrió a una fotografía: la del titular de Industria, Miguel Sebastián, con el portavoz de Economía del Partido Popular, Cristóbal Montoro, para anunciar un pacto para revisar "en profundidad" los costes del sistema. Pero el acuerdo, una gran idea de haberse puesto en práctica, resultó una promesa huera.

La historia se vuelve a repetir en la revisión de la tarifa del cuarto trimestre, con la diferencia de que el Gobierno se ha quedado sin la excusa de pacto futuro alguno con la oposición (que huye del mismo como de la peste a la vista de las subidas de tarifas obligatorias que se ciernen sobre el Gobierno) y ya no le resulta posible volver a bajar la tarifa de acceso, máxime cuando está en marcha el programa de emisión de bonos para titulizar una deuda de 17.624 millones, que cuando se coloque en el mercado tendrán que empezar a pagar con intereses los consumidores.

Ahora, sin foto posible y congelados los peajes (lo que el ministerio califica como la parte regulada del recibo), la revisión de la TUR (que, aunque lleva el nombre de tarifa, es en realidad un precio libre que fijan las eléctricas en el mercado) reflejará lisa y llanamente el resultado de la subasta Cesur que se celebró el día 21 y deja al desnudo las deficiencias del nuevo sistema. Una fuerte subida (para la mayoría de los clientes, una media de casi el 5%) que, además, no servirá para enjugar el déficit de tarifa.

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