Bancos y cajas rechazan la propuesta de Zapatero de aplicar una nueva tasa

La propuesta del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de crear una tasa sobre las transacciones financieras que contribuya a la lucha mundial contra la pobreza, fue ayer duramente contestada desde diferentes ámbitos políticos y empresariales.

La iniciativa, conocida como tasa Tobin y defendida el lunes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas junto con el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ha sido rechazada por la banca española y criticada por el PP. Mientras, UGT e Izquierda Unida han asegurado que se trata de una propuesta contradictoria por parte de Zapatero.

A primera hora de la mañana, el coordinador de Economía del PP, Cristóbal Montoro, aseguraba en su intervención en el Foro CincoDías que la propuesta y el consiguiente debate supone "una retórica inútil sobre figuras tributarias inexistentes e inaplicables, que desvían la atención pública de los grandes asuntos que son fundamentales para España".

Unas horas más tarde, el director general de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), Victorio Valle, se situó también del lado del PP y calificó de "imbecilidad" la tasa bancaria que propugna el Ejecutivo español.

La semana pasada, el presidente del Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y de La Caixa, Isidro Fainé, aseguró que la creación de nuevos impuestos sobre el sector financiero "no corrige ni resuelve los problemas de falta de capital ni tampoco sus causas".

Posición de la AEB

Fuentes de la Asociación Española de Banca (AEB) explicaban ayer que "sería un grave error castigar con un nuevo impuesto a los bancos nacionales que han actuado con prudencia y resistido bien la crisis". En cuanto a las entidades que han sucumbido, "parece contradictorio concederles por un lado ayudas públicas y por otro detraerles recursos a través de una nueva tasa".

La propia ministra de Economía, Elena Salgado, explicaba ayer que imponer una tasa sobre las transacciones financieras internacionales para luchar contra el hambre es una "buena idea, aunque complicada de llevar a la práctica".

Mientras, UGT considera una "dislexia política" defender el impuesto en Naciones Unidas y en España recortar derechos a los trabajadores.