Zapatero se reunirá con el rey de Marruecos para limar asperezas
Madrid y Rabat preparan la cita en Nueva York
El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, avanzó ayer, a la conclusión del Consejo Europeo en Bruselas, que probablemente se entrevistará el lunes en Nueva York con el rey de Marruecos, Mohamed VI.
Tras más de dos años sin reunirse (el último encuentro tuvo lugar en la localidad marroquí de Oujda en junio de 2008), ambos mandatarios tratarán de zanjar los conflictos que se han desatado en las últimas semanas entre España y Marruecos por los incidentes registrados en la frontera de Melilla y la visita del líder del PP, Mariano Rajoy a la ciudad autónoma.
Fuentes del Ejecutivo confirmaron ayer a Efe que la reunión se producirá en Nueva York, donde la próxima semana se celebrará la Asamblea General de la ONU. Esas mismas fuentes confirmaron que el encuentro se producirá en paralelo a otra reunión que mantendrán en el mismo foro el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y su homólogo marroquí. Un clima de entendimiento que no quiso romper ayer el presidente del PP, Mariano Rajoy, que visitó Melilla en medio de una gran polémica por la carta enviada por el primer ministro de Marruecos, Abás Al Fasi, en la que calificaba de "provocadora" la visita.
Acuerdo agrícola con la UE
El líder del PP eludió la polémica y calificó de "normal" el viaje para "estar con los melillenses" en la víspera el día de la ciudad autónoma. Unas declaraciones que fueron alabadas por Zapatero, quién las calificó de "correctas y que iban en la buena dirección". Sin embargo, los roces entre España y Marruecos pueden volver a surgir si sale adelante el nuevo acuerdo agrícola con Marruecos, cuyo proyecto legal fue presentado ayer por la Comisión Europea y que ahora deberá ser ratificado por la UE para su entrada en vigor.
El tratado, que incluye importantes concesiones a las importaciones marroquíes de frutas y hortalizas a países comunitarios, ha recibido el rechazo de los agricultores europeos, y más en particular, de los españoles, que prevén la desaparición de la mayoría de explotaciones.