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Fondos & Planes. Actualidad

El guardián de los índices sostenibles, en pleno auge

De la empresa SAM depende la criba hacia los índices del Dow Jones Sustainability, en plena ascensión

En el peor momento de la crisis financiera, entre 2008 y 2009, la gestora y consultora suiza SAM (Sustainability Asset Management) perdió un 40% en gestión de activos. Pasada la tormenta, el propio mercado ha devuelto la normalidad a una firma que ha puesto en la sostenibilidad su principal baza. La crisis no ha podido con los índices que cada año miden la apuesta de las mayores empresas del mundo por la sostenibilidad. Es más, ha seguido en ascenso.

SAM es la puerta de entrada a este selecto club de las mejores de la clase en valores sostenibles, a través del índice Dow Jones Sustainability. La inversión mundial en este tipo de fondos ascendió en 2009 a 8.300 millones de dólares (6.540 millones de euros).

Aún hay mucha distancia respecto a los índices generalistas, pero cada vez más inversores se interesan no sólo por los beneficios, sino por cómo las mayores compañías del mundo generan sus ganancias.

El criterio 'verde' sólo representa el 33% de la decisión de la consultora

Para ello, SAM envía cada año un sesudo cuestionario a 2.500 empresas con tres patas: económica, medioambiental y social. Las preguntas van desde cuestiones transversales, como la gestión, hasta temas específicos de cada sector.

Una compañía química deberá dar cuenta de su apuesta por la innovación, de la contaminación de los compuestos químicos que fabrica, así como posibles opciones para sustituirlos, sobre organismos genéticamente modificados, etc. Una empresa petrolera deberá responder sobre posibles fugas, sus reservas de crudo, etcétera.

Una vez en manos de las empresas, con las que SAM está en contacto permanente, el cuestionario rota por diversos departamentos, desde el financiero hasta el de responsabilidad social corporativa. Después, sólo queda esperar el veredicto para acceder al Dow Jones Sustainability.

Para el índice mundial, SAM sólo escoge el 10% de las mejores. "Nuestro concepto es el de ofrecer lo mejor de lo mejor, por ello no excluimos sectores", explica Rodrigo Amandi, director ejecutivo de SAM Indexes. La gestora deja claro que su criba no se ciñe a valores éticos, sino de negocio, para ser capaz de producir el vehículo de inversión que permita al inversor abrirse a las mejores empresas sostenibles. Esto explica que las compañías petroleras, que no están entre las más verdes, accedan al índice sostenible Dow Jones.

Se trata, en definitiva, de seleccionar a aquellos que se esfuerzan por hacer mejor las cosas, aunque de partida su sector de actividad no esté en sintonía con el respeto medioambiental. De hecho, el criterio verde sólo representa el 33% de la decisión de SAM. Los dos tercios restantes dependen de la gestión empresarial y de cuestiones sociales.

¿Y cuáles suelen ser los mejores? "Aquellos sectores que están muy expuestos están más preparados, saben cuáles son los riesgos económicos y de imagen", explica Amandi. Las compañías petroleras, las químicas o las farmacéuticas suelen liderar el Dow Jones Sustainability.

Esta es la principal diferencia entre SAM y sus competidores, que sí excluyen ciertos sectores. Además, tras 11 años en el negocio, esta gestora sabe definir criterios sostenibles, como las toneladas de CO2 que genera una actividad. Otras desconocen este tipo de factores.

Para el índice europeo, SAM amplía el margen de las mejores al 20% de las compañías analizadas, por ser una zona geográfica con menos diversidad en sus sectores empresariales. Ahora bien, Europa es, sin duda, la región que mejor ha hecho sus deberes respecto a Estados Unidos.

La clave es la iniciativa legislativa. Holanda destaca como mejor alumno en este sentido. Al final, se trata de una cadena de valor que viaja entre la legislación, el consumidor y las empresas. Si la primera se activa, la cadena toma movimiento hacia el respeto de valores sostenibles.

Para el sector de este tipo de índices, las empresas ya están preparadas para el cambio, pero no siempre dispuestas a llevarlo a cabo. Europa destaca en este sentido. Queda esperar que las demás zonas del planeta se sumen al club europeo, así como el sector financiero, la clave del éxito.

España registra dos bajas

El Dow Jones Sustainability World anunció la semana pasada la revisión de su índice, que estará en vigor durante un año. Las empresas españolas acusan dos bajas. Gamesa y Red Eléctrica de España (REE) son dos de las 46 sociedades que han sido penalizadas en esta edición. En total, 48 compañías se ha añadido este año.Aunque la política de SAM incluye el secreto sobre las razones que llevan a la supresión o inclusión de las diversas compañías en el Dow Jones Sustainability, la gestora sí ha avanzado que en el caso de las dos españolas, se debe al cambio de metodología para la composición del índice.Sobre Gamesa, ya no sólo ocupa el subsector de energías alternativas, sino también de petróleo y gas. Y en este segundo apartado, la competencia es feroz. La firma vasca ha salido perdiendo en esta ocasión.En cuanto a Red Eléctrica de España (REE), hasta ahora, el índice mundial le otorgaba valor de productora de electricidad. Sin embargo, para esta nueva edición se ha tenido en cuenta que la empresa sólo es distribuidora de electricidad, y se han incluido cuestiones sobre su modelo de negocio que antes no figuraban en el cuestionario.Más allá de cuestiones metodológicas, las compañías españolas aún tienen pendiente creerse los beneficios económicos que genera la inversión en valores sostenibles. En este sentido, el gran reto son las pequeñas y medianas empresas, con gran potencial para sumarse a esta nueva corriente, pero faltas de medios para dar el salto.

Atentos a...

Claves para elegir las empresas más sostenibles-Económicas: gestión empresarial, innovación, análisis de riesgos, etc. Son transversales y para todas las compañías candidatas.-Medioambientales: se trata de valores analizados por sectores de actividad, desde la transformación de elementos químicos contaminantes hasta la inversión en organismos genéticamente modificados (OGM).-Sociales: se analizan aspectos como la retención de capital humano y la gestión de los recursos humanos.

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