Thomas Cook llama a la puerta equivocada
La pretensión de Thomas Cook de descontar a los hoteles españoles un 5% del importe de las facturas que tiene pendiente de abonarles está levantando ampollas entre los establecimientos, sobre todo los de las zonas turísticas, adonde el touroperador británico lleva todos los años a cientos de miles de clientes de vacaciones. La semana pasada la compañía británica avisó por teléfono a los hoteles con los que tiene acuerdo de colaboración de que esta medida, calificada de "unilateral" por el sector, afectará a todas las facturas pendientes de pago y a las que se generen hasta el próximo 30 de octubre.
El argumento que ofrece Thomas Cook para dar este paso es la necesidad de compensar las pérdidas que le supuso la erupción del volcán islandés, que cifra en 80 millones de libras. La compañía argumenta que durante los días de abril y mayo en que se produjo este incidente natural trató de mantener la actividad y no cancelar vuelos, lo que provocó que muchos de ellos fueran -debido a la decisión de clientes de mantener sus vacaciones- con unos niveles de ocupación muy lejanos a los niveles de rentabilidad. Thomas Cook lo ha querido compensar por la vía rápida y ha lanzado un órdago a todo el sector.
El touroperador británico se puede permitir una medida de estas características debido a su condición de operador muy destacado del mercado. Sólo en Benidorm, uno de los destinos de referencia para británicos y centroeuropeos, Thomas Cook controla el 10% del mercado, el equivalente a unas 4.000 plazas hoteleras. La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) asegura que este problema se ha planteado ahora pero que hunde sus raíces en el proceso de concentración que ha experimentado el sector de la touroperación en Europa en los últimos años. Fusiones, absorciones y quiebras han dejado prácticamente en manos de unos pocos operadores el control del mercado. La touroperación es una actividad absolutamente necesaria en la industria española, ya que el hotelero individual no puede de otra manera captar clientes en mercados emisores que están a miles de kilómetros de distancia.
Los hoteleros afirman que con la quiebra de Marsans, el volcán y la crisis ya han tenido suficiente
Los hoteleros de Benidorm y la Costa Blanca se están organizando para ver de qué forma pueden "reaccionar al chantaje", en palabras de su presidente, Antonio Mayor. ¿Qué consecuencias puede tener la negativa a aceptar el descuento de cara a la contratación con Thomas Cook en las temporadas venideras? O, dicho de otro modo, ¿habrá represalias para los hoteles que acudan a la vía judicial para reclamar el impago de ese 5%? Parece que sí y que la pretensión del touroperador es replegarse en el mercado español si no se aceptan sus pretensiones.
Lo más probable es que haya hoteleros a los que no quede más remedio que aceptar el descuento, que como contrapartida podrían aprovechar la coyuntura para negociar más volumen de turistas con Thomas Cook. La touroperación es una fuente de clientes a la que los hoteles no pueden renunciar, pero aceptar sin nada a cambio el planteamiento que hace la compañía británica puede ser sentar un precedente negativo y abrir una vía que puede ser explorada por otros operadores. En Cehat creen que el asunto está difícil y que es poco probable que el grupo británico dé su brazo a torcer. La patronal ha brindado su apoyo a todos los hoteleros que decidan plantarse.
Los hoteleros de Benidorm aseguran que con Thomas Cook llueve sobre mojado. Afirman que la quiebra de Marsans, las cancelaciones derivadas del volcán islandés y la crisis económica -que ha obligado en los dos últimos años a bajar drásticamente precios y a intensificar las ofertas para intentar mantener la facturación- han golpeado ya lo suficiente la rentabilidad de los hoteles como para que ahora aparezca un touroperador "con una fórmula novedosa para cuadrar su balance". "Es un atraco de guante blanco", asegura Antonio Mayor, quien piensa que si se consuma esta práctica "debería pasar a formar parte del elenco de asignaturas de las escuelas de negocios".
La pretensión de Thomas Cook ha movilizado no sólo al sector sino al Gobierno central y a los autonómicos más afectados. El consejero de Turismo, Innovación Tecnológica y Comercio exterior del Cabildo de Gran Canaria, Roberto Moreno, ha advertido a Thomas Cook que revisará los convenios que mantiene con el touroperador si lleva adelante sus planes, que califica de "inaceptables".
Lo que demuestra una vez más el caso de Thomas Cook es la fuerte exposición de la industria turística a cualquier tipo de factor externo que se produzca en cualquier lugar del mundo. En 2010 ha sido el volcán pero en 2009 fue una alerta sanitaria, la gripe A, la que paralizó las contrataciones y perjudicó a las empresas españolas con intereses en México.
El recurso a un descuento unilateral por parte de Thomas Cook no parece que sea una medida elegante, máxime en un momento en que parece bastante claro que los hoteles españoles han reducido sus márgenes hasta el límite de la rentabilidad. Pero no es un caso aislado entre los touroperadores, pues otros invitan a los hoteleros a colaborar o hacer un esfuerzo a la hora de liquidar cuando se ha producido algún fenómeno externo que haya perjudicado a la reservas. En palabras de los hoteleros, Thomas Cook ha querido cuadrar su balance, pero "ha llamado a la puerta equivocada".