Bancos y cajas se preparan para reciclar 30.000 millones de euros en preferentes
El bálsamo utilizado por la banca española para reforzar los balances durante la crisis comenzará a perder sus efectos a partir de 2013. Bancos y cajas tienen en circulación unos 30.000 millones de euros en preferentes que no cumplen con los nuevos requisitos para considerarse recursos propios de primera categoría (Tier 1).
La avalancha de participaciones preferentes vendidas entre pequeños inversores el año pasado permitió a la mayoría de las entidades financieras españolas reforzar sus recursos propios sin necesidad de ampliar capital. Consiguieron con ellas unos 12.660 millones de euros. La fórmula era rápida, eficaz y barata en términos relativos.
Pero la crisis ha puesto en solfa la capacidad de los instrumentos híbridos -esencialmente, participaciones preferentes- de absorber pérdidas, característica por la que se los consideraba Tier 1. Así, ya a finales de 2009, el Comité de Basilea señalaba en un documento que es "fundamental" que los híbridos tengan capacidad para absorber pérdidas mientras la entidad esté en funcionamiento. Deberán ser emisiones perpetuas en las que el pago de la remuneración sea absolutamente voluntario.
Ahora, en las preferentes españolas el abono de los intereses es obligatorio, a menos que la entidad haya registrado pérdidas en su último ejercicio fiscal. Las nuevas preferentes se parecerán a las acciones clásicas que cotizan en Bolsa, que sólo pagan el dividendo si así lo decide la entidad. A cambio, tendrán que pagar más intereses a los inversores.
La directiva europea sobre fondos propios del 16 de septiembre de 2009 ya eleva los requisitos de los instrumentos híbridos para que puedan ser incluidos dentro de los recursos propios de primera categoría. Como publicó CincoDías el pasado 28 de julio, el Gobierno determinará que el pago de la remuneración de las preferentes sea completamente discrecional, de acuerdo al actual anteproyecto de ley. Esta norma, que transpone la directiva comunitaria, deberá entrar en vigor el 1 de enero de 2011.
Menos eficacia desde 2013
Los acuerdos del Comité de Basilea determinan que los instrumentos híbridos que no cumplan con las nuevas exigencias irán perdiendo eficacia a partir del 1 de enero de 2013. Así ocurrirá con las preferentes colocadas por bancos y cajas españoles, que cuentan con unos 30.000 millones de euros en circulación, de acuerdo a los datos incluidos en los folletos presentados en la CNMV de las entidades que han emitido este tipo de deuda desde finales de 2008.
En poco más de dos años y tres meses, las actuales preferentes sólo contabilizarán como Tier 1 por el 90% de su importe nominal. Y su efectividad irá reduciéndose progresivamente en 10 puntos porcentuales del nominal cada año, hasta que no cuenten para nada en 2022.
La banca dispone de tres alternativas. La primera es sustituir esas preferentes por capital puro y duro con las pertinentes ampliaciones. La segunda, emitir nuevos títulos que cumplan con las exigencias. Y, tercera, canjear las preferentes invalidadas por otras que sí puedan contabilizarse como Tier 1. Basilea, en todo caso, exigirá reducir el peso de los híbridos sobre el ratio de capital total, hasta dos sobre ocho puntos, frente a los actuales dos sobre cuatro.
Las claves de estos productos
1 El coste de las preferentes para la banca crecerá, debido a que los nuevos requisitos las convierten en menos atractivas para los potenciales inversores. Previsiblemente, elevarán el rendimiento prometido, pues éste dejará de tener la seguridad de la que goza actualmente.2 Los expertos afirman que bancos y cajas españoles han sacado partido de su amplia red de oficinas para vender masivamente preferentes a precios ventajosos - para ellos- a pequeños inversores, principalmente clientes de las entidades. Desde finales de 2008, cuando BBVA dio el pistoletazo de salida a la avalancha, 23 bancos y cajas han colocado este tipo de productos.3 Lo más probable es que las entidades amorticen o canjeen las actuales preferentes cuando no puedan contabilizarse en el Tier 1. Las últimas, aunque fueron un recurso barato en comparación con las palancas de las que disponían para reforzar sus balances, ofrecen rendimientos anuales que en algunos casos se acercan al 9%.4 Los bonos obligatoriamente convertibles, como los colocados por Santander, en septiembre de 2007, o por Popular, Sabadell y BBVA a lo largo del pasado ejercicio, cumplen en principio los requisitos para poder computarse dentro del core capital (ratio de recursos propios de primera categoría sin incluir híbridos).
La cifra
25% es lo que podrán suponer los instrumentos híbridos sobre el total de recursos propios de primera categoría a partir de 2019.