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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un acuerdo que va más allá de los requisitos de capital

Miguel Moreno Mendieta

Las nuevas normas en materia de solvencia han acaparado la atención tras la aprobación del nuevo marco regulatorio para el sector bancario mundial. Basilea III triplicará en los próximos ocho años los requerimientos de capital básico para las entidades financieras, al exigir una ratio de core capital del 4,5%, frente al 2% actual, y un colchón de protección de otro 2,5%, para absorber pérdidas inesperadas.

Además de estos cambios, se está barajando introducir una partida de capital "anticíclica", que podría llegar al 2,5%. Del mismo modo que la provisión genérica española, se dotaría durante los periodos de bonanza para refrenar las políticas crediticias expansivas y se utilizaría durante los periodos de dificultad. Aunque esta última exigencia no ha sido aprobada por el Comité de Basilea, se espera que al menos Estados Unidos, Reino Unido y Suiza la adopten, con lo que sus entidades financieras deberán contar en fases de crecimiento económico con una ratio de capital básico del 9,5% y una ratio Tier 1 del 11%.

Más exigencias a los gigantes

Los reguladores han introducido nuevas normas en cuanto a los niveles de liquidez y apalancamiento

Al aumento genérico del listón de capital regulatorio, al nuevo colchón de protección y a la partida anticíclica hay que añadir un último capítulo. Los supervisores están estudiando la creación de exigencias adicionales de capital para aquellos grupos bancarios transfronterizos que puedan entrañar un riesgo sistémico. Estas entidades "deberán contra con una capacidad de absorción de pérdidas superior a los estándares anunciados hoy por el domingo", asegura el comunicado, con lo que todo hace prever que los gigantes financieros mundiales tendrán que hacer acopio extra de capital.

Este aluvión de nuevos requerimientos de solvencia tendrá una dificultad añadida: la definición de qué instrumentos se pueden considerar capital se va a hacer más rigurosa. A partir de 2014, los créditos fiscales, las participaciones en otras entidades financieras, entre otras partidas, perderán peso paulatinamente a la hora de computarse como capital regulatorio. En 2018 no se podrán contabilizar en absoluto como capital básico.

Otro importante avance plasmado ayer en el acuerdo del Comité de Basilea es el estudio de una ratio de endeudamiento para el sector bancario. Esta medida pretende evitar un exceso de apalancamiento entre las entidades financieras, que acabe trasladándose al resto de la economía, tal y como ha ocurrido durante la última crisis económica.

En el acuerdo de julio, los supervisores ya acordaron fijar esa ratio en el 3% durante un periodo de prueba. En el primer semestre de 2017 se evaluarán los resultados obtenidos, se harán las últimas calibraciones y, a partir de enero de 2018, la nueva exigencia sobre endeudamiento entrará en vigor.

Nuevos ratios de liquidez

La liquidez ha sido otro de los asuntos que más ha preocupado a los reguladores internacionales en los debates sobre el nuevo marco normativo. Tras los problemas de financiación a corto plazo de entidades como Northern Rock o Lehman Brothers, el Comité ha decidido crear un nuevo parámetro para los bancos que garantice que estos cuentan con fondos suficientes para soportar el cierre de los mercados de financiación mayorista durante un tiempo.

La ratio de liquidez, o de financiación a corto plazo, empezará a monitorizarse en enero de 2011 y está previsto que entre en vigor en 2015.

Por último, Basilea III incorpora nuevas normas para exigir más capital para los productos derivados, que comportan un riesgo de contrapartida. El objetivo es aplicar penalizaciones para las entidades que estén expuestas a este tipo de activos, así como crear incentivos para que haya más claridad en la negociación de derivados, a través de cámaras de compensación. Cuando las transacciones para este tipo de productos se hagan a través de una contrapartida centralizada, tendrán una ponderación del 1% al 3% respecto a los colaterales. En caso de que la negociación se realice al margen de las cámaras compensatorias, la ponderación será mayor, aunque todavía no está definida.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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