La altura de las dos torres andaluzas
La creación de dos grandes cajas en Andalucía, conocida como la teoría de las dos torres, va a quedando cada vez más obsoleta. El Ejecutivo autonómico ha apostado por la creación de una gran caja en la región y ahora, el debate versa más sobre el tamaño de cada una de esas torres: la malagueña Unicaja y la sevillana Cajasol.
Hace una semana, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, principal valedor del proyecto de una gran caja andaluza, avivó la polémica al realizar unas declaraciones en la Cadena SER que aún siguen escociendo en la capital del Guadalquivir.
Preguntado sobre la existencia de voluntad de acuerdo entre las dos cajas, el jefe del Ejecutivo andaluz aseguró que el "problema" es que los estudios encargados por las entidades para evaluar el proyecto "no van a dar dos cajas iguales y, ante la diferencia, tendrá que tener todo el mundo generosidad para saber que es la realidad la que debe imponerse, no la voluntad de cada parte".
Acto seguido, añadió que "Unicaja hoy es más caja que Cajasol, en la medida en que tiene más volumen de negocio, tiene más impositores y al mismo tiempo está en una situación más sólida, quizás".
Estás declaraciones, aunque podrían considerarse puramente objetivas, causaron un cierto revuelo en Sevilla y tuvieron que ser matizadas el día siguiente por el consejero de Economía, Antonio Ávila, quien aseguró que tan sólo suponían una "descripción de la realidad".
Paridad en la integración
Tras las palabras de Griñán, el debate sobre la posibilidad de una fusión en términos de igualdad está servido, tal y como ha ocurrido con la integración de las dos cajas gallegas -Caixa Galicia y Caixanova- o las dos grandes cajas de Castilla y León -Caja Duero y Caja España-.
Las cifras parecen dar la razón al presidente de la Junta. Unicaja contaba al cierre del pasado ejercicio con unos activos totales por valor de 34.185 millones de euros, mientras que Cajasol, tras la absorción de Caja Guadalajara, tiene un volumen de activos cercano a los 30.000 millones de euros.
Sin embargo, pese a esta cercanía en cuanto al tamaño, en términos de beneficio Unicaja obtuvo en 2009 más de 200 millones de euros, mientras que la suma de Cajasol y la pequeña entidad castellanomanchega apenas alcanzaba los 116 millones. Además, en cuanto a los ratios de solvencia y morosidad, la entidad malagueña siempre ha estado por delante de la sevillana, tal y como recordaba el propio Griñán.
Ahora bien, aunque sobre el papel Unicaja debería contar con una mayor representación en los órganos de gobierno de la futura entidad, parece difícil que el presidente de Cajasol, Antonio Pulido, esté dispuesto a renunciar a la cuota que le correspondería a la entidad en función de su volumen de activos. De hecho, el mensaje de Griñán de que "es la realidad la que debe imponerse y no la voluntad de cada parte", parece una advertencia dirigida directamente a él.
Al igual que ha sucedido con la construcción de la nueve sede social de la caja hispalense, la Torre Cajasol, que ha provocado numerosas protestas en Sevilla porque su altura (170 metros) podría hacer sombra a la Giralda, el edificio más emblemático de la capital andaluza (101 metros), en el caso de la fusión de las dos cajas andaluzas, estas diferencias de dimensión pueden ser claves para que el proyecto salga adelante o caiga en el olvido.
En el caso de las cajas gallegas, aunque en un principio parecía evidente que Caixa Galicia debía contar con mayor peso en la nueva entidad, la presión desde el mundo político y empresarial pontevedrés y el empeño del presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, porque el proyecto saliera adelante, propiciaron que se pactase una fusión en términos de estricta igualdad.
Previamente en Castilla y León, los máximos responsables de Caja España también renunciaron a monopolizar el liderazgo del la futura entidad, para que la integración saliera adelante.