El cine Capitol de Valencia no tiene quien lo compre
La crisis libera espacios en la calle Colón, principal arteria comercial
Los ladrillos rojos de la fachada del cine Capitol de Valencia lucen como cuando se inauguró en 1930. Las torres que flanquean la marquesina que, durante décadas, resguardó a los que esperaban para entrar a ver las grandes producciones del Hollywood más dorado, mantienen su imponencia pese a que en la calle Ribera, donde está ubicado, poco queda de una arquitectura de los arranques del art déco que dejó otros hitos en la ciudad, como la conocida como Finca Roja (por el color de los ladrillos), obra, al igual que el cine, de Joaquín Rieta Sister.
Pero a pesar del esplendor de su fachada, el Capitol tiene las persianas bajadas y un gran letrero en la puerta con las palabra En venta desde hace casi dos años. Reformado tras años cerrado al dejar de proyectar películas, el Capitol es hoy un edificio preparado para albergar comercios en sus dos primeras plantas, y oficinas en la parte alta.
La reforma la realizó el anterior propietario, la familia de Bautista Soler, ex propietario del Valencia. Sin embargo, quien ha puesto en el mercado el inmueble es La Caixa, que se quedó el cine tras negociar con los Soler su deuda.
Inicialmente corrieron rumores de que la entidad catalana podría utilizar este edificio histórico para abrir un Caixa Forum en Valencia, un anuncio hecho hace algunos años que no ha llegado a concretarse. Pero la llegada de la crisis y la obligación de las fundaciones de las cajas de controlar sus presupuestos posiblemente influyó en la decisión de poner a la venta el singular edificio. La gestora inmobiliaria Jones Lang LaSalle recibió el encargo en exclusiva de ofrecer el cine a posibles inversores.
Pero el edificio es complicado de vender. Aunque tiene una ubicación muy céntrica -casi esquina con la calle Xàtiva, continuación de Colón, la arteria más comercial de la ciudad, y a un paso de la Estación del Norte y la plaza del Ayuntamiento-, las características del edificio lo convierten en un bien para inversores, no para usuarios finalistas. Este periódico intentó en su día conocer de fuentes de la propia gestora y de La Caixa el precio del inmueble, pero en ambos casos se optó por no desvelar ni éste ni otros detalles. Un empresario a quien se le brindó el cuaderno de venta asegura: "Ni recuerdo la cifra, pero era una barbaridad".
Las dificultades de colocar el edificio sin inquilinos en su interior es mayor que si ya tiene arrendadores, ya que la renta que estos pagan es una garantía de rentabilidad para el comprador. Quizá por este motivo, La Caixa optó por poner en alquiler los distintos espacios del edificio. Hay varias gestoras inmobiliarias moviendo esta posibilidad. Según consta en la página web de Jones Lang LaSalle, el sótano, la planta baja y la primera planta ya están alquiladas, aspecto que no pudo ser confirmado por este periódico, si bien sigue sin estar ocupado. El resto, que no es poco (2.400 metros cuadrados), son oficinas distribuidas en cuatro plantas, con una superficie de entre 500 y 580 metros cuadrados.
Conseguir clientes para estos espacios tampoco es sencillo. Si en el mercado de locales comerciales la crisis ha dejado huecos en la misma calle Colón, siempre saturada de demanda y tradicionalmente sin espacios libres, en el mercado de las oficinas, la situación es igual de compleja. Las empresas están buscando nuevos espacios, pero no para ampliar sus servicios. "Se buscan locales más pequeños, porque el volumen de trabajadores ha bajado, y más económicos, algo que es posible por el aumento de la oferta", explica el director de la delegación en Valencia de BNP Paribas Real Estate, Joaquín Ivars.
Ese es el movimiento que está viviendo el sector del terciario en Valencia: oficinas o tiendas que van de espacios mayores a otros más pequeños o que se acercan al centro porque hay alguna oportunidad por los vacíos que crean los que cierran. La oportunidad que brinda el hecho de que Colón -e incluso la milla de oro de Valencia, la calle Poeta Querol- tenga espacios libres no está generando colas de nuevos clientes. Y eso le pasa factura al renovado Capitol. "Ahora bien, si se logra alquilar en su totalidad, incluso sería una buena idea no venderlo", afirma Ivars.
Un edificio protegido para la Apple Store
Apple abrirá una tienda propia en Valencia en los próximos meses. Tras las dos primeras de Barcelona y Madrid, dentro de centros comerciales, la de Valencia se convertirá en la primera que ocupará un edificio completo. Y no es un edificio cualquiera. Se trata de un inmueble situado en la confluencia de las calles Colón con Lauria, el epicentro del consumo en la ciudad de Valencia. Ahí se concentra desde El Corte Inglés, con tres centros, decenas de tiendas de Inditex, H&M... Sin embargo, este edificio no ha albergado nunca ningún comercio. Prácticamente sin uso por temas de herencia, el inmueble goza de un grado muy alto de protección, al tratarse de uno de los pocos que sobreviven de la histórica calle Colón. Según el permiso de obras otorgado por el Ayuntamiento a Apple Retail, las rehabilitación que ya ha empezado deberá respetar los elementos de la fachada, desde sus puertas de madera a sus pomos de hierro. Hasta una escalera interior deberá ser reubicada en el propio edificio.