Serbia acata la sentencia
Lo que parecía inevitable antes del verano se ha consumado en estos primeros días de septiembre. Serbia renuncia a desafiar ante las Naciones Unidas la sentencia de la Corte Internacional de de Justicia que el pasado 22 de julio concluyó que la declaración de independencia de Kosovo no viola el derecho internacional. Belgrado incluso parece dispuesto ahora a iniciar negociaciones directas con Pristina para resolver pacíficamente el conflicto.
La buena de fe de Serbia se ha plasmado en un borrador de Resolución que el país balcánico presentará junto a la Unión Europea ante la Asamblea General de Naciones Unidas (que podría votarla hoy mismo en Nueva York). España, por cierto, también suscribe el texto, como los otros cuatro países europeos que no han reconocido a Kosovo.
El texto es fruto de la negociación entre Belgrado y Bruselas para buscar una salida diplomática que permita tanto a Serbia como a Kosovo mantener abierta la llamada "perspectiva europea", es decir, la posibilidad de ingresar en la Unión Europea. Serbia renuncia a pedir que la Asamblea condene la secesión de su antigua provincia.
"Lo importante ahora", declaró ayer la Alta Representante de Política Exterior, Catherine Ashton, tras pactarse el borrador, "es que el diálogo entre Belgrado y Pristina puede comenzar". "El diálogo en sí mismo", añadió la británica, "será un factor de paz, seguridad y estabilidad en la región". Que así sea.
Foto: Bar Bonne Fooi ("buena fe", más o menos) en el centro de Bruselas (E.G.G., marzo 2010).