La economía marca el paso de la Bolsa
El temor a que las principales economías desarrolladas vuelvan a entrar en recesión viene lastrando el comportamiento de los mercados de valores mundiales en las últimas semanas. Las políticas fiscales expansivas, aplicadas por los distintos gobiernos para impulsar la economía de sus respectivos países, no han dado el resultado esperado. Es más, han abocado a algunas de estas economías, las más débiles y peor gestionadas, a una crisis de deuda soberana sin otra salida que la de reducir drásticamente los desequilibrios presupuestarios que dichas políticas han generado.
Así, con el sector público en fuera de juego, restando más que sumando, debe ser ahora la iniciativa privada -particulares y empresas- la que tome el relevo para que las economías desarrolladas continúen recuperando terreno y salgan, definitivamente, de la larga crisis que están atravesando. De momento esto está lejos de ocurrir, lo que podría precipitar a algunos países a una nueva recesión. Para que la iniciativa privada reaccione debe aumentar la confianza, algo que con las actuales tasas de desempleo que presentan algunos de estos países, elevadas en términos relativos-históricos, es complicado que ocurra.
Ante este panorama de incertidumbre, los inversores se han decantado por mantenerse al margen de la renta variable, refugiándose en activos de menor riesgo, especialmente bonos, provocando una severa caída de sus rentabilidades. Sólo cuando el escenario macroeconómico apunte mejoría, el inversor final volverá al mercado. Mientras, éste continuará sin rumbo, a merced de los operadores profesionales, lo que, como viene ocurriendo en las últimas semanas, reduce sensiblemente los volúmenes de contratación y eleva la volatilidad.
J. J. Fernández Figares. Director de análisis de Link Securites SV