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El M3 queda en el 0,2% interanual

La expansión de la masa monetaria se mantiene, pero caen los préstamos a empresas

La expansión monetaria de la zona del euro, medida por el agregado M3, se mantuvo el pasado julio en el 0,2% interanual, como en junio, pero los préstamos a las empresas cayeron un 1,3% interanual.

El Banco Central Europeo (BCE) informó hoy de que entre mayo y julio de 2010, el crecimiento interanual del M3 fue del 0,1%, por lo que se ha producido una pequeña expansión trimestral, periodo que está menos influido por oscilaciones a corto plazo.

Entre abril y junio de 2010, el crecimiento interanual del M3 se estancó en el 0,0%. El crecimiento de la masa monetaria en circulación se sitúa muy por debajo del valor que recomienda el BCE para mantener la estabilidad de precios, que es una expansión del M3 del 4,5%.

El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, otros depósitos a corto plazo, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).

Dado que se mantiene la contracción de los préstamos a las empresas, el analista de Commerzbank Michael Schubert prevé que el BCE dejará inalterados los tipos de interés en el 1 por ciento durante un periodo de tiempo prolongado.

Los préstamos a las empresas cayeron en julio un 0,2%, respecto al mes anterior, hasta 4,670 billones de euros. No obstante, el ritmo de contracción interanual de los préstamos a las empresas de la zona del euro se ha ralentizado en julio (-1,3%), frente al mes de junio (-1,6%).

El crecimiento anual de los préstamos al sector privado avanzó en julio hasta el 0,9% interanual, frente al 0,5% de junio.

La expansión anual de los préstamos para el pago de una vivienda subió en la zona del euro en julio hasta el 3,5 por ciento, frente al 3,2 por ciento de junio, mientras que la tasa anual de crecimiento de los créditos de consumo se redujo el mes pasado hasta -0,6 por ciento, en comparación con el -0,4 por ciento de junio.

La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los países que comparten el euro.

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