Los expertos condicionan el despegue alemán al alza de la demanda interna
La demanda interna se perfila como el talón de Aquiles de la economía alemana. Y es que a pesar del repunte del 2,2% del segundo trimestre, la recuperación depende en gran medida del exterior. Un área plagada de incertidumbres por la ralentización de la zona euro, China y EE UU.
El Gobierno alemán lanzó las campanas al vuelo el viernes: el ministro de finanzas aseguró que aumentará el pronóstico de crecimiento situado en el 1,4% a raíz de la mejora de la actividad y de la revisión al alza hasta el 3% que realizó el Bundesbank el jueves.
Pero el optimismo germano contrasta con la prudencia de los expertos. La recuperación podría revelarse como un gigante con pies de barro, ya que algunos analistas prevén que las cifras del segundo trimestre no volverán a repetirse en lo que queda de año. Álvaro Lissón de AFI señala que en los próximos trimestres el crecimiento oscilará entre el 0% y el 0,2%, e incluso no descarta tasas negativas. Otros más optimistas, como Borja Gómez, de Inverseguros, apuestan por un alza de entre el 0,5% y el 0,7%.
"La fortaleza alemana se nota en los bienes de capital, pero no en la demanda doméstica, donde radica su debilidad", añade Francisco Vidal, de Intermoney. El experto recuerda que Alemania es netamente exportadora, por lo que las señales de ralentización económica de sus principales clientes -la zona euro, EE UU y China- suponen su mayor desafío.
La clave para consolidar su crecimiento radica, por tanto, en estimular su demanda interna. Y las medidas de ajuste fiscal del Gobierno de la canciller alemana Angela Merkel no favorecen. "Cuando retiraron las subvenciones directas al automóvil las matriculaciones se desplomaron. Cualquier medida adicional se dejará notar en el consumo", indica Francisco Vidal.
"Las perspectivas alemanas son mucho más optimistas que en la mayoría de países, y especialmente en la zona euro", recuerdan desde Inverseguros. Con todo, los analistas no descartan que el dato pueda ser coyuntural e insisten en que la incertidumbre imperante no permite obtener ninguna conclusión respecto al final de la crisis.
Consumo y mercado laboral
"Al crecer por el sector exterior, la demanda interna no tira ni de la economía ni de nadie", apunta Álvaro Lissón de AFI. Y es el consumo alemán lo que "precisamente más interesa a Europa", añaden desde Intermoney. Con todo, la mejora de la economía repercute favorablemente sobre el mercado laboral y en el consumo, coinciden los analistas.
En Inverseguros dan un paso más al opinar que el poderío exportador germano podría ser más perjudicial que beneficioso para países como España, Portugal y Grecia. A su juicio, tanto España como Alemania se han beneficiado de un euro depreciado, pero con un abismo entre ambas economías: la competitividad.
"Existe un riesgo de que las exportaciones europeas se concentren en Alemania y desplacen a las de otros países menos competitivos". Los diferentes modelos de crecimiento sobre los que España y Alemania cimentan sus economías -consumo interno y sector exterior- podrían ampliar la brecha en la Europa a dos velocidades.
Malestar empresarial
Más de 40 líderes empresariales de Alemania han iniciado una campaña de protesta por el impuesto a la energía nuclear que baraja la canciller Merkel, con el que prevé recaudar 2.300 millones. Entre ellos, se encuentran los máximos responsables de Basf, Bayer, Thyssen Krupp y los presidente de los cuatro grandes grupos energéticos (Eon, RWE, Vattenfall y EnBW).El presidente de la organización empresarial alemana BVMV, Mario Ohoven, propuso el viernes una reducción temporal de las vacaciones de los trabajadores germanos, actualmente de seis semanas al año, para facilitar la salida de la crisis, según una nota enviada a sus afiliados y recogida por el diario Bild.La organización presidida por Ohoven, que representa a 150.000 empresarios y 4,3 millones de trabajadores, ya recomendó en el verano de 2009 reducir un día las vacaciones de los trabajadores alemanes a causa de la crisis.