FCC negocia alianzas en Brasil para pujar en transportes, energía y salud
FCC Construcción está inmersa en conversaciones con constructoras brasileñas para formar alianzas que le permitan pujar por algunas de las grandes obras que se avecinan en el país americano, que gastará unos 700.000 millones de euros en infraestructuras hasta 2016. Transporte, energía y hospitales centran los intereses de la española.
El grupo FCC no se quiere perder el tren de las infraestructuras de Brasil. Hace apenas un mes que abrió en São Paulo su primera oficina en el país y ya está explorando posibles alianzas con constructoras locales de tamaño medio. Un requisito casi imprescindible si pretende adjudicarse alguna obra, dado que el mercado brasileño ha sido tradicionalmente cerrado con los extranjeros.
La búsqueda de socios, aseguran desde la compañía, se está llevando a cabo en cada Estado en el que se quiere intervenir. En el de Minas Gerais, por ejemplo, FCC estima que hay obras licitadas o por licitar por valor de 2.000 millones de euros. São Paulo, Río de Janeiro y Río Grande do Sul son otras de las regiones en el punto de mira de la constructora.
El objetivo es pujar por concesiones u obras de participación público-privada (PPP), especialmente de infraestructuras de transporte, energía y hospitales. También persiguen proyectos especiales de obra pública (túneles, metro, alta velocidad ferroviaria, puertos y obras hidráulicas).
Y todo apunta a que contratos no van a faltar. El presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, presentó en marzo de este año un ambicioso plan de inversiones en infraestructuras (Programa de Aceleración del Crecimiento, PAC2) que alcanza la mareante cifra de 700.000 millones de euros hasta 2016. El Mundial de Fútbol Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos de Río 2016 han dado el empujón final a la voluntad del Gobierno brasileño de garantizar el crecimiento económico del país (una media del 4,2% en la última década) estimulando la inversión y manteniendo el control en los principales indicadores macroeconómicos.
De ahí el interés de la empresa que preside Baldomero Falcones en ir ganando posiciones de cara a las oportunidades que se avecinan. La empresa es optimista en cuanto al grado de apertura a la inversión extranjera de Brasil, sobre todo porque sus necesidades de infraestructuras son hoy por hoy enormes y los plazos necesarios para poder cumplir con los compromisos muy ajustados.
Eso hace que el Gobierno vea con buenos ojos fomentar la participación de grupos internacionales con las empresas locales, ya que las multinacionales del sector aportan un valor añadido muy difícil de conseguir de otra manera.
FCC todavía no está ejecutando ninguna obra en el país, pero trabaja activamente en la preparación de ofertas para diferentes licitaciones de importantes obras en régimen de concesión y de PPP en varios Estados del país.
El salto a la potencia suramericana se inscribe en la política de internacionalización de la compañía. FCC obtuvo en el primer semestre un 44% de sus ingresos fuera de España y tiene el objetivo de que dicha proporción alcance el 60%.
El valor de la iniciativa en los pliegos
El sistema de licitaciones de Brasil fomenta claramente la iniciativa empresarial. Las compañías pueden remitir a las autoridades estatales estudios elaborados por ellos mismos que recomienden la construcción, remodelación o renovación de una determinada infraestructura. Si el Estado en cuestión considera que efectivamente hay que llevar a cabo la obra propuesta, licita la obra y da un plazo de 40 días para la presentación de ofertas.Lógicamente, la empresa que haya realizado el informe parte con ventaja para hacerse con el contrato. Pero hay veces que la competencia puede mejorar la oferta y dejar en la estacada a la compañía que ha tenido la iniciativa de recomendar la obra. En ese caso, las autoridades reembolsan los costes que hayan supuesto la elaboración del estudio.El plan Marshall de BrasilEl plan de inversiones en infraestructuras que ha puesto en marcha Brasil no tiene precedentes en el continente suramericano. La partida más grande del PAC2 (Programa de Aceleración del Crecimiento), que supone el gasto de unos 700.000 millones, es la de energía. 478.000 millones destinados principalmente al desarrollo de infraestructuras de petróleo y gas (385.000 millones) y a la generación de energía eléctrica (60.100 millones). Las renovables juegan en el plan un papel testimonial para las cifras que se manejan: 1.000 millones.En cuanto al capítulo de transportes, la mayoría de los 48.000 millones de euros irán a parar a autopistas (22.100) y vías ferroviarias (20.240). El resto se repartirá entre puertos, aeropuertos y vías menores.
Las cifras
4,2% ha sido el crecimiento medio de la economía brasileña durante la última década. El Gobierno quiere llegar a un 5,5% anual en los próximos cinco años.2.000 millones de euros en contratos licitados o por licitar se adjudicarán este año sólo en el estado de Minas Gerais.478.000 millones pretende invertir Brasil en energía hasta 2016, principalmente en petróleo y gas.