El superávit de las pensiones se evapora
La caída de ingresos lleva a la Seguridad Social al déficit de explotación, excluida la renta del fondo de reserva.
Las cifras de ejecución de las cuentas de la Seguridad Social en el primer semestre del año indican que "se mantienen las previsiones presupuestarias del sistema, por tanto, en el año 2010 va a tener un superávit como se había previsto en el presupuesto". Esto es lo que aseguraba recientemente el secretario de la Seguridad Social, Octavio Granado.
De cumplirse al pie de la letra lo que dice el responsable de la Seguridad Social, el sistema terminaría el año con poco más de 2.100 millones de superávit, ya que lo previsto en el cuadro macroeconómico del Presupuesto es un saldo positivo del 0,2% del PIB para el presente ejercicio. Si embargo, a este superávit habría que descontarle los ingresos generados por los intereses del fondo de reserva de las pensiones, ya que la Seguridad Social contabiliza este capítulo como ingresos patrimoniales, pero éstos deben reasignarse automáticamente al citado fondo. Así, el Presupuesto estima que el fondo reportará este año una rentabilidad de 2.249 millones de euros, con lo que restados del superávit estrictamente previsto, el sistema de Seguridad Social entraría en déficit de explotación.
No obstante, para que esto ocurriera las cuentas del sistema deberían sufrir cierto varapalo, ya que en el primer semestre el superávit de la Seguridad Social era mucho más abultado que los 2.100 millones previstos para fin de año, y alcanzaba casi los 10.000 millones. ¿Qué podría ocurrir para que se produjera este mordisco en el saldo positivo del sistema? Para empezar, el actual superávit se ha producido con unos ingresos que no crecen nada e incluso caen levemente y con unos gastos muy moderados que avanzan poco más del 3%. Pero continuar con este contenido avance de los gastos es difícil, teniendo en cuenta elementos como el efecto sustitución de las pensiones (aumento del gasto por la mayor cuantía de las nuevas pensiones que entran en el sistema respecto a las que se dan de baja); o que en la segunda parte del año se imputará la paga extra de verano de las pensiones. Junto a este previsible aumento de los pagos es más que posible que los ingresos también se comporten peor.
Menor base de cotización
Esto se deberá a la congelación salarial -que cada vez afecta a más cotizantes-, lo que disminuye las bases de cotización y, por tanto, las aportaciones al sistema; al término del cobro de la prestación contributiva de un nutrido número de parados -con lo que el sistema deja de recibir las cotizaciones de estos desempleados-; y, por supuesto, a la previsible destrucción de empleo que se volverá a registrar en el último trimestre del año. Esto conduce a otra proyección de las cuentas. Si siguieran estancados los ingresos pero los gastos crecieran por encima del 6% (que era la previsión inicial de la Seguridad Social) el superávit a final de año sería de poco más de 1.300 millones, que restándole los rendimientos del fondo de reserva arrojarían aún un mayor déficit de explotación, cercano a los 1.000 millones.
Un incumplimiento de pacto a la vista
El sistema de Seguridad Social debería recibir un balón de oxígeno en sus ingresos en algún momento de los próximos tres años. Según lo acordado en la Comisión del Pacto de Toledo, el sistema de pensiones debería dejar de costear los 4.415 millones de euros por complementos a mínimos que actualmente financia, para que pasaran a ser pagados por el Estado con impuestos.Sin embargo, distintas fuentes consultadas coinciden en que lo más probable es que este acuerdo del Pacto de Toledo se incumpla a todas luces. Y la Seguridad Social siga, de momento, costeando esta parte que le corresponde al Estado, debido a la delicada situación de las cuentas estatales.Los complementos a mínimos es el pago que se reconoce a los pensionistas que han cotizado los suficientes años para recibir la prestación, pero con lo aportado no llegan a la pensión mínima. La Seguridad Social se lo complementa, pero debería ser el Estado porque se trata de un complemento universal no contributivo. El total de complementos a mínimos asciende a 7.122 millones, de los cuales el Estado sólo costea 2.707.
Peor en 2011
La Seguridad Social podría sufrir un mayor descalabro en sus cuentas el próximo año. Para entonces se prevé que los salarios sigan congelados, el empleo no se recupere y, sobre todo, a mediados de año dejarán de ingresarse unos 3.500 millones por el fin de las cotizaciones de los parados que dejarán de recibir la prestación por desempleo.