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Deportes

La historia de la Liga en un fajo de cromos

Desde los primeros años del siglo XX, los mitos del fútbol español tenían su tarjeta

Cromo de Vicente del Bosque de la temporada 80-81 con el Real Madrid
Cromo de Vicente del Bosque de la temporada 80-81 con el Real Madrid

El coleccionismo de cromos de fútbol en España no ha perdido su vigencia. Una temporada más, Panini ha vuelto a lanzar a través de Colecciones Este el álbum oficial de la Liga BBVA 2010-11, un reclamo para los muchos aficionados a estas imágenes que sustentan un mercado que produce 360 millones de tarjetas de la Liga al año sólo en nuestro país.

En España el coleccionismo surge a principios del siglo XX, cuando empresas de alimentación, especialmente de bollería o chicles, empiezan a introducir láminas o estampas de futbolistas en los envoltorios de sus productos. Las ediciones o tiradas eran más limitadas, pero a partir de la década de los 70, con el Mundial de Múnich 74 -en internet podemos encontrar el álbum de Panini de ese Mundial por un precio de 1.800 dólares- editoriales como Mundicromo, Ruiz Romero, Este, Bruguera, Fher o la propia Panini apuestan por estas sus publicaciones y comienzan a distribuirlas en quioscos. La historia del deporte rey aparece recogida en sus páginas a través de las estampas de grandes jugadores como Di Stefano, Arconada, Del Bosque, Kempes, Maradona, Guardiola o Messi.

Pioneros

Tres millones de hogares seguirán la colección en esta nueva temporada

Con los años, Colecciones Este (adquirida por la filial española del Grupo Panini en 2001) se ha convertido en un clásico en materia de cromos del fútbol español. En la temporada 1972-73 editó su primer álbum, y cada año desde entonces ha publicado de forma ininterrumpida 39 álbumes. Según Luis Cadarso, director de Patrocinios de BBVA, que por cuarto año consecutivo promociona junto a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y a Panini la única colección oficial en nuestro país, "tres millones de hogares seguirán la colección en esta nueva temporada". Para este nuevo curso futbolístico, la tirada inicial de cromos supera los 120 millones de unidades y los cuatro millones de álbumes, que serán comercializados en sus más de 150.000 puntos de venta.

El mundo del coleccionismo vivió una auténtica revolución con la llegada de internet. Tal y como explica Javier Martino, un coleccionista de Gijón que creó la web albumesycromos.com, "las posibilidades de acceso mejoraron con páginas web, foros o portales de subastas, como eBay. Las propias editoriales publican ahora los listados completos de las colecciones en la red, cosa que antes desconocíamos. Ahora es mucho más fácil encontrar y completar las colecciones".

Sin embargo, la llegada de la red supuso también algunas desventajas. "Al mismo tiempo las colecciones se encarecieron muchísimo, ya que permitió que se llevaran a cabo subastas en las que los precios alcanzan cotas muy elevadas". Como relata Martino, "hace unos años en las tiendas de libros de segunda mano o en los rastrillos encontrabas un álbum de los años 70 por unas 2.000 o 3.000 pesetas. Hoy día cuestan unos 300 o 400 euros, y por cromos de esa década o la de los 80, que son los más buscados, pagar una cantidad de entre 150 y 300 euros es lo habitual".

Asimismo, la llegada de la red ha dado origen a las colecciones virtuales. En abril de este año, FIFA.com y Panini lanzaron el álbum de cromos virtual de la Copa Mundial de la FIFA 2010, aunque en palabras de su director general, Lluís Torrent, "es un fenómeno que no está funcionando". "Lo seguimos de cerca, pero los coleccionistas precisan del soporte físico, del cromo de cartón, y el ritual que lo acompaña y caracteriza: 'Lo tengo, no lo tengo, te lo cambio'. Todo eso, sin el cromo en las manos, no es posible".

El creador de la web colecfas.es, José Fas, una de las más destacadas en la red en cuanto a coleccionismo y en la que podemos encontrar álbumes como el de Campeones 1957 de la editorial Bruguera por un precio de 950 euros, incide en esa idea. Desde su punto de vista, el tradicional intercambio de cromos, tal y como lo practicaba Luis Ortega, Pirulo, que vendió cromos durante 60 años en el Retiro, sigue muy vigente en varias ciudades españolas. "A pesar de internet, en la Plaza del Campillo del rastro de Madrid, en la Plaza Redonda de Valencia, en la plaza Reial de Barcelona o en Bilbao, mucha gente sigue haciendo uso del trueque, del intercambio de cromos en mano o de la compraventa en los puestos. Es algo que no se ha perdido, aunque ahora no acuden tantos niños y son los padres los que más intercambian", asegura.

Kenderesi, Raúl y los 'cromos imposibles'

El mundo del coleccionismo está repleto de curiosidades. La más habitual, como recuerda Lluís Torrent, director general de Panini, es la de los "cromos imposibles, esos que dicen que no salen, aunque puedo asegurar que no es más que una leyenda, porque no existen ese tipo de cromos. Todos se imprimen en igual proporción, sólo el ensobrado aleatorio puede propiciar que salga en mayor o menor medida en las diferentes zonas geográficas en las que se distribuye la colección", asevera el directivo.Entre esas peculiaridades destaca el cromo de Raúl de su temporada de debut con el Real Madrid, que nunca llegó a editarse. El motivo se encuentra en que por entonces las colecciones no se actualizaban con los últimos fichajes o incorporaciones después del mes de agosto, algo que en los últimos años se ha convertido en una práctica habitual, incluso con los traspasos del mercado invernal, que aparecen, según desvela el coleccionista Javier Martino, en la revista Jugón.Entre los aficionados a las compilaciones, el afán por completar alguno de sus álbumes lleva a disparar los precios. En España, los cromos más caros comprados en internet son los de Kenderesi, portero húngaro del Racing de Santander de la temporada 1975-76, por el que se pagaron 1.170,02 euros, pese a que sólo permaneció un mes en el equipo cántabro y no llegó a debutar; Marinho, un defensa brasileño del Barcelona de la Liga 74-75, por 775 euros; el montenegrino Kustudic del Castellón de la 81-82, club con el que nunca jugó, y por el que se pagaron 427 euros; o la tarjeta de Camacho con el Real Madrid de la temporada 74-75, con un desembolso de 301 euros.

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