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Desembarca en Siria y Líbano

San Miguel lleva su cerveza a Oriente Próximo

El mundo de la cerveza siempre ha tenido un matiz local. Aunque existen grandes marcas que pueden encontrarse en cualquier local del mundo (Heineken, Budweiser o Carlsberg), se trata de un sector donde la tradición y las enseñas de la tierra siguen teniendo un papel esencial. Y, en muchas ocasiones, las marcas sólo tienen dimensión regional. Por ejemplo, en España es habitual escuchar que Madrid es de Mahou, Andalucía de Cruzcampo y Cataluña de Estrella Damm.

Pero este esquema no siempre se ajusta a la realidad. Las empresas españolas tratan de hacerse un hueco -aún pequeño- fuera de su mercado doméstico. Y así lo está haciendo el grupo Mahou-San Miguel.

Uno de los motivos que ha llevado a acelerar su crecimiento más allá de las fronteras locales es la situación del consumo en España, donde la crisis está pasando una severa factura a las ventas de cerveza en hostelería. Este descenso se ha acelerado en la primera mitad del año, con una caída que llegaba a alcanzar el 10% antes del verano, según adelantaba la patronal del sector, Cerveceros de España.

En parte por este motivo, la también propietaria de la cervecera granadina Alhambra mira sobre todo a los mercados más emergentes. Por ejemplo, en el caso de su enseña San Miguel, su objetivo es entrar a lo largo de este año en Siria y Líbano, según apunta la compañía. Pese a que se trata de dos países de cultura musulmana, el relevante papel que tiene en ambos el turismo ha podido influir a los responsables de San Miguel a la hora de decirse por desembarcar en Oriente Próximo. Gracias a este movimiento, la marca cervecera está presente en más de 35 mercados.

Su compañera de grupo, Mahou, sigue el mismo camino fuera de España aunque a un ritmo más pausado. La compañía apunta que el último movimiento de esta marca ha sido su entrada en los países que integran la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (Ceeao), que integra Benin, Burkina Faso, Ghana, Mali o Togo, entre otros. Aunque Mahou también crece cerca de casa, ya que ha iniciado su distribución en Portugal, donde hasta ahora el grupo sólo estaba a través de San Miguel.

De hecho, la compañía se ha marcado tres objetivos de cara a los próximos años: Sudamérica, África y Oriente Próximo. Sobre todo a través de San Miguel que, realmente es su principal baza comercial internacional. A día de hoy, Mahou-San Miguel produce el 80% de la cerveza española que se destina a la exportación. Sobre todo a otros países de la Unión Europea. Según la compañía, sus mercados más relevantes son Reino Unido, Alemania o Suecia. En el último año, sus ventas en estos tres mercados se incrementaron un 11%, un 9% y un 21% respectivamente.

Producción

El grupo Mahou-San Miguel tiene ocho centros de producción en España, incluyendo el que comparte en Tenerife con la Cía Cervecera de Canarias.Fuera de España, la producción la realiza a través de sus socios. Por ejemplo, en el Reino Unido a través de su alianza con Carlsberg.

Un grupo pequeño frente a los gigantes cerveceros

El grupo español aún tiene que recorrer un largo recorrido para alcanzar el nivel que tienen actualmente los grandes grupos cerveceros internacionales.En el pasado año, la facturación de Mahou-San Miguel alcanzó los 1.145 millones de euros. Muy lejos quedan los 36.758 millones de dólares (alrededor de 27.943 millones de euros) que logró el gigante del sector AB-InBev, que agrupa marcas como Budweiser, Becks o Stella Artois. Hace dos años, la belga InBev realizó la gran operación del sector al comprar la estadounidense Anheuer-Busch por cerca de 33.000 millones de euros.El otro gran nombre cervecero a escala europea es Heineken. La empresa holandesa generó en 2009 un volumen de ingresos de 14.701 millones de euros y acaba de cerrar hace sólo unos meses la compra de la mexicana Femsa. Este diferencial de dimensión entre Mahou-San Miguel y sus principales competidores ha colocado varias veces a la empresa española en el punto de mira, como uno de los posibles candidatos para formar parte de los procesos de fusiones y adquisiciones que en los últimos años ha protagonizado el sector. Sin embargo, por el momento la empresa española no tiene intención de abandonar su carácter familiar. No en vano, su capital está en manos de las familias Herraiz y Gervás, después de la presencia temporal en su capital de la multinacional francesa Danone, que estuvo en el accionariado de Mahou-San Miguel entre 1980 y 2005.

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