Lo que cuesta una pila

La gestión de residuos está de moda. El Gobierno acaba de aprobar un real decreto que obligará a los productores a hacerse cargo de la recogida y gestión de la misma cantidad y tipo de pilas, acumuladores y baterías usados que hayan puesto en el mercado, cualquiera que haya sido la modalidad de venta (directa, electrónica o por correo). Las empresas que fabriquen material peligroso estarán obligadas a poner en el mercado un sistema de depósito y retorno. Pero lo mejor de todo es que quienes opten por creación de sistemas integrados de gestión para asumir estas obligaciones deberán asegurar su financiación con una cantidad por cada pila que pongan en el mercado. La intención es buena. El problema es que, probablemente, ello acabe financiado por el consumidor que las compre.