Pendientes de conquistar las aulas para el salto definitivo
Las renovables encallan en la formación. Un estudio refleja que las energías limpias aún no han calado en los ciclos educativos
La última gran apuesta del mercado a favor de las energías renovables ha sido la del presidente estadounidense, Barack Obama, con el respaldo de EE UU a la compañía española Abengoa para el desarrollo de la que será la mayor planta solar del mundo.
Por su estadio tecnológico aún en desarrollo y la necesidad de apoyo financiero de la Administración para su entrada de lleno en el mercado, las renovables dependen de la iniciativa política. ¿Pero saben ver los políticos el alcance real de estas energías llamadas a protagonizar el sistema energético del siglo XXI?
Las negociaciones internacionales sobre el clima y el objetivo de la Unión Europea de alcanzar el 20% de energías limpias en 2020 han dado un empujón importante a este sector. Sin embargo, "pese a que los políticos tengan que tomar medidas específicas, muchas veces carecen de formación técnica. La solicitan a sus consultores y asistentes, pero para que las renovables se desplieguen con éxito es necesario un conocimiento sobre su modelo de negocio".
Las lagunas en la formación provocan que el debate público se base en información errónea, lo que incide en el grado de aceptación de las renovables
Esta es una de las principales conclusiones extraídas del borrador del informe Educación sobre renovables, un estudio de campo sobre las renovables y la formación, realizado por la consultora Factor CO2 Innova, consultora especializada en gestión energética, y la Agencia Internacional de la Energía (AIRE).
El estudio analiza la percepción sobre el grado de formación y conocimiento de las fuentes verdes mediante una serie de encuestas entre varios sectores que tendrán un papel clave en su desarrollo, como las entidades financieras, los mandos directivos de las grandes empresas, arquitectos, instaladores de molinos y placas y los grados de enseñanza media y superior.
El informe parte de la premisa de que, "con independencia de la profesión elegida, economía, gestión, psicología, ingeniería, medicina, etc., todos los profesionales del futuro deberán actuar en función de criterios sociales, ecológicos y económicos de desarrollo sostenible".
En general, explica el informe, la formación y educación sobre energías renovables aún no es algo habitual y presenta importantes carencias en la oferta educativa. Un escollo que puede comprometer el éxito del sector. El documento identifica aquellos puntos negros en los que la formación supone un cuello de botella para el óptimo despliegue de estas energías.
Mano de obra
La prueba es que muchas empresas no encuentran mano de obra cualificada, falta información que lleve a la correcta toma de decisiones y los proyectos que pueden tener viabilidad en el mercado se quedan sin financiación por no haber sabido identificar las oportunidades.
De no darse una enseñanza óptima, se corre el riesgo de que las compañías de renovables no crezcan tan rápidamente como podrían por no poder ofrecer productos y servicios de calidad.
En cuanto a la formación superior, el estudio destaca que las escuelas y universidades enseñan siguiendo información muchas veces obsoleta, debido a que el sector está en plena expansión. Así, los licenciados no pueden ofrecer sus conocimientos al mercado. El resultado es que el debate público sobre las fuentes limpias se apoya en numerosas ocasiones en datos erróneos, "lo que incide en el grado de aceptación de las renovables".
En este sentido, el carácter autodidacta de gran parte de los miembros de organizaciones ecologistas sobre temas que a ellos les interesan y con gran impacto en el público no siempre son positivos.
Los mandos directivos de las grandes compañías "no suelen seguir ningún tipo de formación en renovables, su fuente de información suelen ser consultores o los grados medios de la compañía", señala el estudio. La consecuencia es que no siempre se saben identificar las mejores oportunidades en este sector. Por ello, el informe recomienda "elevar el nivel de interés por los aspectos sostenibles a todos los estadios de gestión de la compañía".
Dado que gran parte del consumo energético procede de los edificios, el diseño de una vivienda es un momento importante para incluir tecnología renovable.
Pero la mayoría de los arquitectos siguen patrones de diseño y no de ingeniería. "En la universidad se imparten determinados cursos sobre sostenibilidad, pero no están actualizados", reza el documento.
Así, los responsables de desarrollar los proyectos arquitectónicos "generalmente se centran más en el retorno de inversión, que la mayoría de las veces va en detrimento de las renovables".
La banca, sin embargo, es uno de los sectores que mejor preparados se ve para afrontar el despliegue de las energías limpias. Este sector reconoce que la formación de sus mandos se realiza a través del contacto directo con un caso importante, de forma que las entidades financieras sí disponen de la fuerza de trabajo adecuada con el grado de conocimiento oportuno.
Cuando se trata de la instalación de los equipos de renovables, como placas de solar fotovoltaica, la cualificación de la mano de obra se limita a formación sobre electrónica, sin formación específica sobre esta tecnología cuando empiezan su carrera. Estos profesionales reconocen tener lagunas de conocimiento sobre la seguridad de los sistemas, los estándares de producción y la producción eléctrica.
El documento recomienda la creación de ciclos de formación específicos para los instaladores de energía fotovoltaica en el futuro.
La apuesta de los ciclos de formación profesional por las renovables "se limita al interés personal de algunos profesores y a la demanda del mercado", pero en general los profesores son conservadores, "lo que crea inercia en el sistema educativo", y la tendencia principal es incluir las renovables en los programas educativos ya existentes.
La universidad se dice estar bien adaptada a otros organismos públicos y privados con intereses en formar futuros profesionales en este ámbito, el problema es que por ahora "estos organismos no son homogéneos".
El problema en la educación superior surge de la juventud de las renovables. Aunque las principales tecnologías se conocen desde hace mucho tiempo, "su desarrollo a gran escala sólo se ha reconocido hace 5 o 10 años". Esto se traduce en que los profesores no aprendieron sobre renovables en su propia formación".
El estudio ve en el análisis estrictamente de mercado de las renovables una barrera para su desarrollo, "ya que ofrecen ventajas socioeconómicas. Hay que hacer pedagogía sobre esos otros beneficios, como la seguridad energética, la reducción de la contaminación y la lucha global contra el cambio climático".
El 62% de los generadores eléctricos en 2009 fue renovable
El 62% de la capacidad de generación de electricidad instalada en la Unión Europea en 2009 fue de origen renovable, en su mayoría energía eólica, según un estudio publicado por la Comisión Europea.El informe Instantáneas de la energía renovable, elaborado por el Centro Común de Investigación de la CE, muestra que este tipo de fuentes ha pasado de representar el 57% de los generadores instalados en 2008 al 62% en 2009, con 17 gigavatios (GW).La energía eólica fue por segundo año consecutivo la renovable más extendida (supuso 10,2 GW, un 38% del total), frente a la fotovoltaica (21%), biomasa (2,1%), incineración de residuos (1,6%) y nuclear (1,6%).En términos absolutos, las renovables produjeron un 19,9% de la electricidad consumida en Europa el año pasado, 608 teravatios (TWh), con una aportación del 11,6% de la energía hidráulica, un 4,2% de la eólica, 3,5% de la biomasa y 0,4% de la solar.Si se mantiene la tendencia actual de crecimiento, en 2020 hasta 1.400 TWh serán generados a partir de fuentes renovables, entre el 35% y el 40% del consumo de la UE.
Las cifras
73% del total de países tenían objetivos para el desarrollo de renovables.10 años es el periodo que ha transcurrido desde que las renovables se desarrollan a gran escala de forma global.20% de energías limpias quiere alcanzar la Unión Europea en el horizonte de 2020, el objetivo más ambicioso de los países desarrollados.