Las negociaciones de Hungría con el FMI no están suspendidas, según el Gobierno
Hungría no ha suspendido las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE), sino que la actual ronda de contactos concluyó sin resultados, dijo hoy el ministro húngaro de Economía, György Matolcsy.
En declaraciones a la televisión húngara, el ministro salía al paso de las noticias de que el FMI y la UE habían abandonado las negociaciones el sábado por un desacuerdo sobre medidas adicionales de austeridad que Budapest debe introducir para sanear sus maltrechas finanzas.
Según Matolcsy, es más correcto decir que tan solo se terminó sin resultados esta ronda de negociaciones y que se reanudará el próximo otoño.
También afirmó que el Gobierno húngaro propugna la introducción de un impuesto sobre transacciones bancarias por el que espera recaudar unos 200.000 millones de forintos (700 millones de euros) de las entidades, por ser la única alternativa al paquete de austeridad impuesto por los organismos internacionales.
A su juicio, no se puede continuar la política restrictiva aplicada en los últimos cuatro a cinco años por el Gobierno socialista, que "perjudicó mucho el crecimiento y la competitividad económica del país".
Precisó, sin embargo, que la Unión Europea es un interlocutor más riguroso que el FMI en la aplicación de medidas de austeridad y que esto se debe a que entre los 27 países comunitarios tan solo tres cumplen los criterios sobre el déficit fiscal.
En su opinión, las medidas tomadas hasta ahora por el Gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, permitirán que la economía nacional crezca un 0,5% en 2010, en vez de una contraerse un 0,4%, como estaba previsto.
Por su parte, el presidente del Instituto de Investigaciones Económicas GKI, András Vértes, opinó que el pago de la deuda estatal a corto plazo no corre peligro en Hungría, si bien la falta de confianza de los inversores internacionales puede ser un problema a más largo plazo.
Vértes pronosticó también que aumentarán las cargas financieras para la población húngara endeudada en divisas por la depreciación del forinto, que desde el viernes ha bajado un 4,3% frente a otras monedas fuertes tras conocerse el desacuerdo en las negociaciones con el FMI y la UE.
El FMI, el Banco Mundial (BM) y la UE acordaron en octubre de 2008 conceder 20.000 millones de euros de ayuda financiera a Hungría para evitar la bancarrota estatal con la condición de que su gobierno aplicara un estricto programa de austeridad, que ahora Orbán ha decidido revisar.