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Sebastián lleva al Congreso la propuesta

El guión para el pacto energético crea gran malestar en las eléctricas

La vaguedad de las medidas que Industria ha incluido en la propuesta del pacto energético que presentó el miércoles en el Congreso, y el hecho de que muchas estuvieran ya descontadas, ha creado un gran malestar entre las eléctricas. El Gobierno habla de consensos sobre energía nuclear, carbón, gas, renovables o mix sin marcarse ningún objetivo.

El guión para el pacto energético crea gran malestar en las eléctricas
El guión para el pacto energético crea gran malestar en las eléctricasP. MONGE

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, intervino el pasado miércoles en la subcomisión de Energía del Congreso, en lo que constituía la primera reunión tras anunciar el pasado 25 de junio el inicio de negociaciones con el PP para alcanzar un pacto energético. Ese día, en rueda de prensa con el coordinador de Economía del principal partido de la oposición, Cristóbal Montoro, Sebastián difundió una propuesta, que era exactamente la misma que había manejado anteriormente en distintos ámbitos: en los encuentros para el Pacto de Zurbano y en los que mantuvo después con los grupos parlamentarios para tratar sobre el recorte de las primas de las renovables.

Un guión de grandes principios que, con algunas novedades y sin fijar plazo alguno, presentó el miércoles a los diputados que integran la citada subcomisión y cuya vaguedad ha creado un profundo malestar entre las empresas eléctricas, que lo califican de "ambiguo" y de "más de lo mismo".

Nueve páginas en las que se proponen siete acuerdos, de los cuales, tres ya eran conocidos: avalar los compromisos sobre energías renovables (el llamado 20-20-20) con la Unión Europea; definir de forma conjunta las hipótesis (demanda de energía, crecimiento o eficiencia) que determinarán el tamaño del sistema energético, o consensuar el Plan de Energías Renovables 2011-2020, que España ya ha remitido a Bruselas.

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Los otros cuatro puntos se pueden considerar nuevos: definir un plan de ciclos combinados, en el que se considerará el papel de respaldo (back-up) de esta energía en el sistema eléctrico debido al mayor peso de las renovables; pactar el Plan del Carbón 2012-2018, según el nuevo reglamento europeo que se aprobará este año; definir el horizonte para las centrales nucleares y otros acuerdos de largo plazo sobre "cuestiones no eléctricas del mix energético", como el coche eléctrico o los biocombustibles.

Una de las reivindicaciones del PP está relacionada con la vida útil de las centrales, que ya se determina (40 años, que podrían aumentar en caso de acuerdo) en el proyecto de Ley de Economía Sostenible. Sobre infraestructuras energéticas, la propuesta alude a la necesidad de consensuar las revisiones (previstas por ley) de la planificación 2008-2016 y de la futura de 2012 -2020. Además de medidas impuestas ya por directivas europeas, como la liberalización del mercado en 2013 o cambios en la normativa nuclear, Industria insiste en muchas otras que ya estaban descontadas por estar incluidas en distintos proyectos normativos. Este es el caso de la titulización del déficit de tarifa acumulado o el que se genere hasta 2013; la definición del modelo de transportista de las grandes redes o la revisión de los mecanismos de fijación de los precios de la tarifa. En este caso, Industria propone revisar los peajes de acceso y realizar subastas de electricidad de forma trimestral. Algo que ha sorprendido en el sector, si se tiene en cuenta la decisión del Gobierno de congelar la tarifa semestral que adoptó a finales de junio y que se justificó en la necesidad de un pacto.

Acuerdo eólico y termosolar, al cajón

El papel que Industria repartió el miércoles en el Congreso de los Diputados era una versión recién salida del horno del viejo documento titulado Elementos para un acuerdo sobre política energética. La prueba de que se trataba de un guión modificado es que incluía una referencia a los acuerdos alcanzados el viernes anterior con las empresas eólicas y termosolares sobre un nuevo marco retributivo, de los que quedaron fuera las fotovoltaicas.En el apartado ya conocido sobre la necesidad de acabar con el déficit de tarifa y que el precio de la energía refleje sus costes (cuestiones que en las empresas consideran ya como "pura retórica"), Industria insiste en ajustar las tarifas de las energías renovables, garantizando "una retribución razonable". En este sentido, propone cinco acuerdos, entre los que figura "la convalidación" de los alcanzados con el sector eólico que sólo supone un recorte de las primas de algo más de dos millones de euros en un año y con el sector termosolar" y cambiar la retribución de la fotovoltaica, con la que sigue negociando. Industria ya ha desechado la idea de aplicar los recortes de las primas con carácter retroactivo.Aunque propone "la exclusión del sistema de las plantas fraudulentas", unas 2.400, según la CNE, también plantea una "regularización voluntaria" para las que, cobrando una tarifa sustanciosa (la anterior al real decreto 661/2007), estén dispuestas a cobrar la tarifa menor que fijaba esta norma.También propone revisar, en líneas generales con el PP, la del resto de los costes del sistema, como el transporte, la distribución, los sistemas extrapeninsulares o las tasas de la Comisión de la Energía.

Las cifras

40 años es la vida útil de las centrales nucleares que figura en el proyecto de Ley de Economía Sostenible. Ahora, Industria plantea consensuar con el PP este "horizonte".20% de renovables en 2020 es un objetivo retórico que mantiene la propuesta del pacto.

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