Bruselas regula por primera vez los bonos de los banqueros europeos
El Parlamento Europeo aprobó ayer por abrumadora mayoría una directiva que por primera vez impondrá al sector financiero europeo normas comunes en materia de remuneración. La nueva ley no limita las primas, pero exige que su cobro, al menos el 40%, se retrase tres años, para comprobar las consecuencias de las decisiones tomadas por los ejecutivos o brókeres recompensados.
Las normas sobre bonos, primas o sobresueldos en el sector financieros se han incorporado a la nueva directiva sobre requisitos de capital y entrarán en vigor el próximo 1 de enero tras recibir ayer 620 votos a favor, 27 en contra y 35 abstenciones en la votación celebrada en el Parlamento Europeo en Estrasburgo. El texto aprobado exige que sólo el 30% de los bonos puedan abonarse en metálico y que al menos la mitad de la bonificación se realice en títulos o con capital que la entidad financiera pueda recuperar en caso de dificultades.
Además, el cobro de entre el 40% y el 60% de la prima se diferirá al menos tres años, para comprobar el fruto de la labor del ejecutivo o bróker recompensado. Si no se obtienen los resultados esperados, la entidad podrá cancelar el pago. Por último, los bonos vinculados a las pensiones quedarán supeditados a la fortaleza del banco en el momento de la jubilación del directivo.
"Esta norma supone un poderoso mensaje político", señaló ayer Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior, departamento de la Comisión Europea (CE) que elaboró la propuesta hace un año. Barnier cree que con esta ley "los bancos deberán cambiar radicalmente unas prácticas y una mentalidad que, en muchos casos, han llevado a asumir riesgos excesivos y han contribuido a la crisis financiera".
La norma no limita los bonos, pero pide cierta mesura para no alentar los riesgos
La rapidez en la tramitación de la directiva y el abrumador respaldo de un hemiciclo como el europeo, dominado por conservadores y liberales, demuestra la voluntad de la UE por adelantarse al resto de países del G-20.
Arlene McCarthy, europarlamentaria laborista encargada de la tramitación de la ley, señaló ayer tras la votación que "en un momento en que los Gobiernos recortan sus presupuestos y los ciudadanos sufren recortes de servicios y ayudas, no podemos tolerar una cultura bancaria que pone sus salarios y sus incentivos por encima de la recuperación económica".
La directiva aprobada, sin embargo, no establece ningún límite a la proporción entre la parte fija del salario y la variable. Las propias entidades deberán fijar esa relación, en base a unas directrices europeas que sólo les insta a reducir la desproporción entre ambos componentes para no alentar prácticas de riesgo con el objetivo de conseguir mayores primas.
La banca europea parece resignada a la nueva norma, pero teme quedar en desventaja, sobre todo, en el caso de entidades que tienen filiales fuera de Europa. "Nos preocupa que esta norma no se aplique en otros países, como EE UU, porque puede distorsionar la competencia", señaló ayer la Asociación Española de Banca (AEB).