Una concesionaria de cartera diversificada
La división de telecomunicaciones impulsó el beneficio en 2009.
El negocio de las autopistas está presente tanto en los orígenes como en la propia esencia de Abertis. La compañía vio la luz en 2003 como resultado de la fusión entre Acesa Infraestructuras y Áurea Concesiones de Infraestructuras. La operación se gestó poco después de que la primera adquiriera Iberpistas, por lo que la recién nacida Abertis vino al mundo con una cartera sólida y consolidada. Eso le ha permitido llegar a controlar en sus siete años de existencia el 59% de los peajes en España (1.500 kilómetros) a través de sus siete operadoras nacionales.
Sin embargo, y pese a que el flujo diario de tráfico por las vías de pago no levanta cabeza (cayó un 4,2% en el primer trimestre y un 4,6% en el mismo periodo de 2009), la compañía cerró el primer cuarto del año con unos ingresos de 925 millones de euros (un 8,3% más interanual), un Ebitda de 583 millones (un 7,5% más) y unos beneficios netos de 119 millones (+5,%). Unas cifras que refuerzan la tendencia de crecimiento que ya venía experimentando la compañía: 653 millones de euros de beneficios en 2009, un 5,6% más que en 2008.
La internacionalización de su cartera en el capítulo de autopistas (el grupo es especialmente fuerte en Francia y Sudamérica), que sigue generando el 67% del Ebitda, tiene buena parte de la culpa de que Abertis esté capeando con brío los rigores de la crisis. A diferencia de lo acontecido en España, tanto en el país galo como en el subcontinente americano aumentó el tráfico de vehículos por las vías gestionadas por Abertis.
Pero Abertis ha sabido jugar bien sus cartas en otros terrenos. Según se especula en torno a las negociaciones entre ACS y La Caixa para dar entrada a un tercer socio mayoritario (CVC), una de las intenciones de su opa a Abertis sería desinvertir en activos no estratégicos. Pero, irónicamente, fueron éstos mismos los que ayudaron a levantar el beneficio en el primer trimestre.
La división de infraestructuras de telecomunicaciones (Abertis Telecom) creció un 32% interanual gracias a la implantación de la TDT, o lo que es lo mismo, supuso un 18% de las ventas y un 13% del Ebitda.
A pesar de la solidez de Abertis, ACS y La Caixa, accionistas mayoritarios (juntos controlan un 55% de los títulos), hace tiempo que evalúan la opción de desinvertir en el grupo. Tanto es así que durante la última junta de accionistas de la concesionaria, el presidente, Salvador Alemany, recordó que el grupo necesitaba capital para seguir creciendo y que "lo que preocuparía al equipo directivo sería que se pusiera un gran volumen de papel en el mercado de una forma que no fuera gradual". Una declaración que podría tornarse ahora premonitoria.
Renovación de activos
Abertis lleva años pensando que su proyecto necesitaba savia nueva. Lo intentó mediante integraciones, primero con la italiana Atlantia y después con la lusa Brisa. La primera vez fue el Gobierno italiano quien desbarató la operación y la segunda la desconfianza de la familia Mello respecto a un accionista que podía comerse su empresa de un bocado.
Tras los dos intentos fallidos y el mal final de la aventura en Pensilvania, el propio Alemany lo intentó de nuevo y reconoció a los cuatro vientos que la historia de futuro de Abertis debía pasar por la entrada de un tercer socio de carácter industrial que aportara activos para rejuvenecer el negocio concesional de la empresa. Un invitado que compartiría accionariado y peso con La Caixa y ACS.
Sin duda, la crisis ha cambiado el escenario y, a día de hoy, se puede aspirar a poco más que a tener como uno de los accionistas de referencia a un fondo de capital riesgo que compra en horas bajas de mercado una empresa de gran generación de caja, pero aún por reinventarse en su gran negocio de autopistas.