Francia, un mercado potencial para el sector de las renovables
El Estado francés fomenta la inversión extranjera para reactivar su PIB
La segunda economía de la eurozona y el primer país del grupo en salir de la recesión junto a Alemania quiere acelerar su recuperación económica. Su industria, uno de los principales motores del PIB, es insuficiente para impulsar el crecimiento deseado. Francia se propone así atraer talento y capital extranjero, empresas innovadoras y competitivas. En concreto, en el sector energético, tecnológico y del conocimiento. Un nuevo modelo de negocios para reforzar la competitividad, alineado con el desarrollo de la "economía verde" (conservación del medio ambiente). Y que, según los franceses, puede convertirse en un mercado potencial para España, aprovechando las buenas relaciones comerciales que hay entre ambos países.
"Francia es puente estratégico entre Europa del norte y del sur. Un país con calidad productiva, economía diversificada, flexibilidad laboral y con importantes redes de transporte y de infraestructuras que lo conectan con las principales ciudades europeas en dos o tres horas", destaca Serge Boscher, director de la Agencia Francesa para las Inversiones Internacionales (AFII). El Gobierno francés quiere incrementar el intercambio de negocios con los españoles, a partir de sus ventajas competitivas y sus prioridades en inversión. Su principal interés es la explotación de energías renovables, la biotecnología y la ecotecnología. "No tenemos industrias que desarrollen este sector. España tiene mayor potencial en este mercado y podría aprovecharlo", afirma Boscher.
España, el cuarto inversor
Lo que atrae es la productividad, el mercado y las infraestructuras francófonas, según la AFII
El volumen de inversiones españolas en Francia ha registrado un crecimiento medio anual del 22% desde 2007. España es el cuarto inversor, con 1.500 empresas que generan 60.000 empleos, según la AFII. El 70% de su actividad se concentra en el sector textil, energético, comercial, financiero y de servicios. En la actualidad se desarrollan 43 nuevos proyectos con una previsión de 1.255 empleos.
El boom inmobiliario español se trasladó también al mercado francófono. Así, el sector con mayor presencia y dinamismo era el de la construcción. Se instalaron 12 empresas, según la Cámara de Comercio de España en Francia, que agrupa más de 300 socios. Pero la burbuja explotó y con ella llegó la crisis. Una debacle que no lesionó tanto al PIB francés como a la economía española. ¿Por qué? "La nuestra es una economía diversificada y sólida. Eso permitió sortear mejor la crisis. El problema de España fue especializarse en un sólo sector (el del ladrillo)", apunta Boscher.
Ahora, con la recesión y la caída del ladrillo, se expanden otros sectores: el energético (con nueve proyectos) y el de tratamiento de residuos urbanos. Urbaser Environnement, filial francesa del grupo español Urbaser, es un ejemplo. Lleva cinco años en la localidad de Fos-sur- Mer (a media hora de Marsella), con un volumen de negocio de 199 millones de euros y 470 empleos, según datos de 2009. La recogida de basura, limpieza y tratamiento de residuos en su principal actividad.
Pese a esta nueva tendencia, el sector textil mantiene su proceso de expansión (con la presencia de Inditex y el grupo Cortefiel) y el de servicios y el agroalimentario, su dinamismo. Aunque es el cuarto inversor en suelo francés, la estructura logística de España es limitada. La Cámara de Comercio franco-española señala que son pequeñas y medianas empresas que carecen de una plataforma de transporte que les permita la distribución adecuada y a tiempo de sus productos. Debido a ello, la entidad recomienda a las empresas más unidad y asociación para así obtener un mayor beneficio de la explotación de este mercado.
8.000 millones para crear la gran urbe marsellesa
Multicultural y cosmopolita. Marsella, la segunda ciudad de Francia (más de 860.000 habitantes), se abre al mundo. En la calidez de la costa mediterránea se desarrolla un ambicioso proyecto de reestructuración urbana para atraer capital extranjero, incentivar el turismo (de negocios y de pasajeros) e impulsar el PIB de la zona. Un objetivo público-privado de 8.000 millones de euros en 30 años (de 1995 a 2025) que generará 35.000 empleos. Y que la situará, además, entre las primeras 20 ciudades de Europa, según la previsiones del Gobierno local y entidades privadas.Euromed, como se ha denominado a la obra de 480 hectáreas, terminará la primera fase en 2012, con la construcción de un centro de negocios, otro cultural y de ocio. Obras necesarias para la celebración del Foro Mundial del Agua, en dicho año, y para ostentar el título de la Capital Europea de la Cultura en 2013. La segunda fase concluirá en 2025 con el nacimiento de la "Ecociudad", un barrio con viviendas, parques y aprovechamiento de los recursos naturales para la producción de energía. La expansión de Marsella, tercer puerto de Europa, forma parte de una estrategia de libre mercado entre los países de la cuenca mediterránea. En concreto, en materia de seguridad, desarrollo y cultura.
Incentivos
Ayudas para la I+D: una rebaja de hasta 100 millones de euros en impuestos por gastos en innovación en el primer año y se elimina el gravamen sobre las actividades profesionales.Flexibilidad laboral: libertad para negociar la jornada de trabajo y se acepta la "ruptura pactada" del contrato laboral.Accesibilidad: una red de transporte que conecta Francia con las ciudades europeas.Gente preparada: el Gobierno ha invertido 5.000 millones para reformar las universidades.