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Quieren superar los 2.000 megavatios

La biomasa pide duplicar su objetivo de potencia de 2020 para no desaparecer

El sector de la biomasa en pleno ha pedido al Gobierno que duplique, al menos, el objetivo de potencia instalada que les ha fijado para 2020 "para no desaparecer". Quieren superar los 2.146 megavatios instalados y piden "actualizar la retribución a la realidad".

Es la última oportunidad. Ahora o nunca". El sector de la biomasa al completo se ha unido en un manifiesto que, de cara al envío del Plan de Acción Nacional de Energías Renovables (Paner) 2011-2020 a Bruselas mañana, cobra nueva relevancia. La Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) y las asociaciones de productores agrícolas y ganaderos Asaja, COAG, UPA, COSE, Cooperativas Agroalimentarias y ADAP piden que no se recorten los objetivos de esta energía para 2020 hasta los 1.187 megavatios (MW) previstos en el Paner sino que se aumenten hasta los 2.146 MW como mínimo.

Además, para alcanzar este objetivo, necesitan "una actualización de la retribución a los costes actuales de estas instalaciones", un 20% más de lo que está previsto que reciban en concepto de primas.

Esta energía renovable, que consigue producir energía eléctrica y calor a partir de la combustión de aprovechamientos forestales, se queja de sufrir "un injusto castigo" porque en esta planificación gubernamental, se reduce su objetivo de potencia instalada en un 10%. Frente a los 1.317 MW previstos para 2010, la meta de 2020 se queda en los 1.187 MW mencionados. Es la única tecnología del régimen especial que ve disminuido su objetivo en este plan.

Lo cierto es que la biomasa no ha conseguido instalar entre 2005 y 2010 los 1.317 MW previstos. Según los datos de la Comisión Nacional de la Energía, facilitados por la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), en el mes de marzo sólo había instalados unos 510 MW de biomasa. Es decir, sólo había alcanzado el 39% de su objetivo con el decepcionante ritmo de instalación de un megavatio al mes. Este fracaso es el que, a ojos del presidente de la sección de Biomasa de APPA, Manuel García Prado, el Gobierno quiere cargar sobre los objetivos y las empresas.

El directivo asegura que "no se puede culpar a las empresas de biomasa de no haber logrado su objetivo y penalizarlas por ello. No se han cumplido estas metas porque las condiciones no eran positivas para su desarrollo".

La asociación propone que se cumplan e incrementen los objetivos a través de cuatro hitos. Para alcanzar el objetivo de 2010 de 1.319 MW, piden subir un 20% la prima. A partir de aquí, ofrecen una reducción del 5% entre los 1.319 y los 2.146 MW. Después, hasta los 2.700 MW, una reducción adicional del 10% y, superada esta cantidad y hasta alcanzar el escenario óptimo que señalan desde APPA en los 3.539 MW en 2020, la prima podría caer otro 10%. "Aunque, al principio, se aumenta la prima en un 20%, después se reduce un 25%", dice.

El sector papelero se une a las quejas energéticas

La patronal de las empresas papeleras Aspapel también se ha posicionado en contra de la reducción del objetivo de instalación de la biomasa eléctrica en el Paner a 2020. Afirman que "para 2020, la eólica y el biogás duplican su meta de capacidad fijada para 2010, la solar fotovoltaica lo multiplica por 20 y la solar termoeléctrica, por 10. Sin embargo, la biomasa no sólo no crece sino que se ve reducida a la mitad".Para Aspapel, la biomasa es la "tecnología que más contribuye por megavatio a la generación de empleo directo en la explotación de las plantas", porque genera 9,8 empleos directos por megavatio instalado frente a dos de la solar termoeléctrica o 0,2 empleos de la eólica, según sus propios datos. "Si se hubiera incrementado o mantenido el objetivo de 2010 para 2020, se crearían 40.000 empleos", dijeron.

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