El seguro se desliga de la banca ante la oleada regulatoria que prepara el G-20
El sector asegurador trata de marcar distancias respecto de su prima hermana la banca ante la reunión que celebrará el G-20 este fin de semana en Toronto (Canadá) y en la que se sentarán las líneas maestras de la nueva regulación financiera mundial. Los Gobiernos sopesan endurecer la supervisión, los requisitos operativos e, incluso, establecer tributos especiales para el sector financiero. Pero el seguro no quiere ni oír hablar de esto.
CEA, la patronal europea del gremio, remitió ayer un escrito a los mandatarios del continente en la que aclaraba que "las aseguradoras y las reaseguradoras no han sido el origen de la última crisis económica ni los receptores de la ayuda gubernamental".
En su opinión, el G-20 "no otorga suficiente reconocimiento a las diferencias entre los modelos bancario y asegurador. ... Los problemas han estado vinculados con la banca, pero las recomendaciones se presentan como aplicables al sector de servicios financieros en su conjunto".
El seguro descarta en el informe que su actividad conlleve riesgo sistémico alguno puesto que las compañías tienen poca capacidad de contagio entre sí, se reemplazan con facilidad si una falla y su vulnerabilidad financiera es menor que la de la banca. CEA añade asimismo que las actividades distintas de la aseguradora que realizan las compañías como el corretaje de derivados o el préstamo de títulos puede ser controladas por la regulación microprudencial.
La patronal advierte de que el riesgo que la normativa que prevé aprobar el G-20 anula el comportamiento anticíclico del seguro al abocar a toda la industria financiera a seguir un "comportamiento de manada".
Concentración sectorial
Por otra parte, Moody's publicó ayer un informe en el que vaticina que la llegada de las nuevas normas de capital europeas en 2012 (Solvencia II) provocarán la absorción de firmas modestas y monorramo por los grandes grupos.