El paro por la reforma de pensiones en Francia no logra paralizar el país
La jornada de protestas convocada ayer por los sindicatos franceses contra el retraso de la edad de jubilación provocó retrasos y cancelaciones en el transporte público y se dejó sentir en las escuelas. Los paros dificultaron la movilidad, pero en ningún caso lograron paralizar el país.
Se trata de la cuarta jornada de movilizaciones en Francia en contra de la reforma de las pensiones, cuya medida estrella consiste en retrasar la edad legal de jubilación de 60 a 62 años. El paro afectó sobre todo al transporte de autobuses y trenes urbanos, las líneas ferroviarias de alta velocidad y el sector educativo. Los dos mayores sindicatos convocantes, CGT y CFDT, estimaron la participación de un millón de personas en las 200 manifestaciones organizadas en todo el país.
La protesta perjudicó sobre todo al transporte urbano de 65 ciudades; registró un gran seguimiento en Lille, Burdeos o Clermont Ferrand. Mientras que en París circularon al menos uno de cada dos metros y buena parte de los autobuses. Sin embargo, la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), en sus estimaciones previas sobre el impacto del paro, había advertido de que no circularían la mitad de los trenes de alta velocidad con salida de París, ni las dos terceras partes de los que no atraviesan la capital, ni el 50% de las líneas internacionales.
Los colegios también se vieron afectados. Un 31,9% de los profesores de primaria se sumó a la protesta y un 10,3% lo hizo en secundaria, según el Ministerio de Educación. Aunque el principal sindicato de profesores SNU-FSU elevó esa cifra al 52,5% en primaria. El paro se notó, además, en muchos otros servicios públicos, como en la empresa estatal de correos La Poste. La dirección habló de un porcentaje del 19,86% de parados, frente al 12,8% que contabilizó en la protesta del 27 de mayo.
La reforma de las pensiones, presentada el pasado 16 de junio por el Gobierno, debe formalizarse en un proyecto de ley que el Consejo de Ministros aprobará en la primera mitad de julio, probablemente el día 13. El objetivo es que la tramitación parlamentaria se lleve a cabo tras las vacaciones de verano.
La medida que ha suscitado mayor reacción en contra de los sindicatos es la elevación de la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años, que se aplicaría de forma progresiva hasta 2018. Otro de los puntos más conflictivos es el aumento de la cotización de los funcionarios del 7,85% al 10,55% para equipararse a la de los trabajadores del sector privado.
Con todo, las protestas no paralizaron por completo el país. Aun así, la reducción del número de trenes y autobuses urbanos obligó a muchos ciudadanos a recurrir al coche particular para desplazarse, lo que repercutió en el tráfico rodado, que registró 260 kilómetros de retenciones en la región de París.
Los efectos en las conexiones con España
Los controladores franceses se sumaron también a las protestas. Así, el paro provocó la cancelación de 34 de los 279 vuelos programados ayer entre aeropuertos españoles y galos. Además, se produjeron retrasos medios de 53 minutos en las rutas que tuvieron que sobrevolar el espacio aéreo francés, según datos de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). La entidad recordó que la huelga se inició el miércoles y que se prolongará hasta primera hora de hoy. También, se suspendieron los servicios ferroviarios internacionales. Así, se cancelaron los trenes Elipsos que van de París a Madrid y Barcelona, según la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF). Por el contrario, los Eurostar, que van a Londres, y los Thalys, que viajan a Bruselas y Ámsterdam, operaron con normalidad.